En el marco de una intensa sesión de control en el Congreso, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, defendió la gestión del Gobierno en materia de protección a las mujeres. Redondo afirmó que, desde la llegada de Pedro Sánchez al poder, las mujeres han recibido mayor protección. Sin embargo, esta declaración fue recibida con escepticismo por parte del Partido Popular (PP), que acusó al Ejecutivo de negligencia en la implementación de pulseras antimaltrato, poniendo en riesgo la seguridad de las víctimas. La ministra respondió a las críticas asegurando que no ha habido casos de mujeres asesinadas que portaran estas pulseras, desestimando así las acusaciones del PP de que el Gobierno ha abandonado a las víctimas de violencia de género.
Los enfrentamientos entre el Gobierno y el PP se intensificaron cuando la portavoz popular, Ester Muñoz, cuestionó la eficacia de las medidas adoptadas, sugiriendo que el Ejecutivo ha fallado en su deber de proteger a las mujeres. En respuesta, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, acusó al PP de utilizar la causa feminista como herramienta política, recordando que el partido ha votado en contra de diversas iniciativas que benefician a las mujeres. La discusión se tornó más acalorada con la intervención del secretario general del PP, Miguel Tellado, quien exigió la dimisión de Redondo, argumentando que su presencia en la sesión era inaceptable dada la situación actual de las víctimas de violencia de género.