El humorista Xavi Castillo ha logrado un notable éxito al agotar las entradas para su espectáculo «Veriueu-ho! Especial El Ventorro», programado para el próximo 7 de noviembre en el Teatre Modern de Alginet. Este evento ha generado un gran revuelo, no solo por la popularidad del cómico, sino también por la controversia que rodea su presentación, tras ser vetado por el Ayuntamiento de Alginet debido a su contenido político. La alcaldesa, Elia Ferrer, del Partido Popular, argumentó que el espectáculo no debería ser financiado con dinero público, lo que llevó a los grupos de la oposición a organizar la función para garantizar que Castillo pudiera actuar libremente.
La venta de entradas se realizó en un tiempo récord, agotándose las cerca de 500 disponibles en solo tres días. Este fenómeno ha sido interpretado como un claro indicativo del apoyo del público hacia el humorista y su obra, que, según él, no solo busca hacer reír, sino también ofrecer una crítica social y un homenaje a los voluntarios que ayudaron durante la reciente catástrofe climática en el País Valencià.
La controversia comenzó cuando el espectáculo fue inicialmente cancelado, lo que llevó a Castillo a expresar su indignación en redes sociales. En sus declaraciones, el humorista enfatizó que su obra es un grito de protesta y una reflexión sobre la gestión política de la crisis climática, lo que ha suscitado un debate sobre la libertad de expresión y el papel de la cultura en la sociedad.
El debate se intensificó entre los diferentes partidos políticos de Alginet. Mientras que el PP defendió su decisión de cancelar el espectáculo, argumentando que debía respetar todas las sensibilidades del pueblo, los grupos de la oposición, como PSPV, Cercle Idea y Compromís, criticaron esta postura, acusando al gobierno local de censura. Compromís, en particular, subrayó que la cultura debe ser un espacio para la libertad y la reflexión, y que la decisión de cancelar el espectáculo fue un error que no debería haberse tomado una vez que el contrato ya estaba firmado.
La situación ha puesto de manifiesto las tensiones políticas en Alginet, donde la cultura y la política a menudo se entrelazan. Los socialistas de Alginet, que forman parte del gobierno, también se vieron atrapados en esta controversia, aclarando que su intención nunca fue perjudicar al equipo de gobierno, sino ofrecer una propuesta cultural que reflejara la realidad del municipio. En su defensa, afirmaron que el contenido del espectáculo no incluía referencias directas a las «Cròniques del Ventorro» en el momento de la contratación, lo que complicó aún más la situación.
La alcaldesa, por su parte, insistió en que su decisión fue tomada con responsabilidad y respeto hacia la diversidad de opiniones en la comunidad. Sin embargo, esta justificación no ha sido suficiente para calmar las críticas de la oposición, que considera que la cultura debe ser un espacio inclusivo y libre de censura. La controversia ha llevado a un debate más amplio sobre la financiación pública de eventos culturales y la necesidad de proteger la libertad de expresión en el ámbito artístico.
El éxito de Xavi Castillo en la venta de entradas es un claro reflejo del apoyo del público hacia su trabajo y su mensaje. A medida que se acerca la fecha del espectáculo, las expectativas son altas, y muchos esperan que la actuación no solo sea un momento de entretenimiento, sino también una oportunidad para reflexionar sobre temas importantes que afectan a la sociedad. La situación en Alginet es un recordatorio de que la cultura y la política están intrínsecamente ligadas, y que el arte puede ser una poderosa herramienta para la crítica y la reflexión social.
En un contexto donde la censura y la libertad de expresión son temas candentes, el espectáculo de Xavi Castillo se presenta como un acto de resistencia cultural. La respuesta del público, que ha agotado las entradas en tiempo récord, es un testimonio del deseo de la comunidad de participar en un diálogo sobre la realidad política y social que les rodea. A medida que se acerca la fecha del evento, la atención se centra no solo en el humorista, sino también en el mensaje que su obra llevará a la escena, convirtiendo el Teatre Modern de Alginet en un espacio de reflexión y crítica social.
