La jornada de hoy en València ha estado marcada por una huelga general que ha convocado a miles de ciudadanos a manifestarse en las calles, exigiendo la dimisión del president de la Generalitat, Carlos Mazón. A pesar de la magnitud de la convocatoria, los datos iniciales sobre la participación han sido bajos, lo que ha llevado a las autoridades a calificar la huelga como «política e injustificada». A las 10 de la mañana, el Consell ya había publicado un balance que indicaba un escaso seguimiento de la huelga, con un 5,8% en el sector educativo y un 1% en sanidad. Estas cifras fueron utilizadas por Mazón para argumentar que la jornada de protestas no estaba teniendo un impacto significativo en los servicios públicos.
La situación se ha desarrollado en el contexto de un congreso organizado por IVACE+i Internacional y las Cámaras de Comercio de la Comunitat Valenciana, donde Mazón se mostró firme en su postura, afirmando que «la normalidad» era la tónica general en la mañana del 29 de mayo. A pesar de las protestas, el presidente del Consell destacó que no había incidencias que pudieran afectar a los servicios públicos, enfatizando el respeto a la voluntad de los ciudadanos de manifestarse.
### La Respuesta del Gobierno y la Participación Ciudadana
A medida que avanzaba la jornada, el secretario autonómico de Empleo, Antonio Galvañ, actualizó los datos de participación, señalando que la incidencia en los sectores públicos era mínima. Según sus declaraciones, el paro en el sector sanitario se situaba en un 1%, en la administración de justicia en un 0,20%, y en la administración general en un 1,39%. En el sector educativo, la cifra alcanzaba el 6,8%. Galvañ reiteró que los servicios mínimos decretados del 80% se estaban cumpliendo, lo que indica que la mayoría de los servicios públicos estaban operando con normalidad.
La huelga ha sido convocada por sindicatos como Intersindical, CGT, CNT y COS, en respuesta a la gestión del gobierno regional tras la devastadora dana que afectó a la Comunitat Valenciana en octubre del año pasado. Esta situación ha generado un descontento generalizado entre la población, que ha visto en la huelga una oportunidad para expresar su frustración y exigir cambios en la administración. La manifestación de esta tarde en València, bajo el lema ‘Mazón dimissió’, busca canalizar ese descontento y presionar al gobierno para que tome medidas más efectivas ante las crisis que ha enfrentado la región.
### La Dimensión Social de la Protesta
La huelga general no solo ha sido un evento político, sino que también ha tenido un fuerte componente social. Miles de personas se han congregado en el centro de València, mostrando pancartas y gritando consignas que reflejan su descontento con la gestión actual. La participación de la ciudadanía ha sido notable, a pesar de los datos oficiales que minimizan el impacto de la huelga. La movilización ha reunido a diversos sectores de la sociedad, desde trabajadores de la educación hasta profesionales de la salud, todos unidos por un objetivo común: exigir una respuesta adecuada a las crisis que han afectado a la región.
Las manifestaciones han sido pacíficas en su mayoría, aunque se han reportado algunos incidentes aislados. Los organizadores han hecho un llamado a la unidad y a la paz, enfatizando que el objetivo es visibilizar las demandas de la ciudadanía y no generar conflictos. La jornada ha servido para poner de relieve la necesidad de un diálogo entre el gobierno y los ciudadanos, así como la importancia de abordar las preocupaciones que han surgido a raíz de la gestión de la dana y otros problemas sociales.
A medida que la tarde avanza, la atención se centra en el desarrollo de la manifestación y en cómo el gobierno responderá a las demandas de los ciudadanos. La huelga general del 29 de mayo en València se ha convertido en un símbolo de la lucha por la justicia social y la rendición de cuentas, y su impacto se sentirá en los próximos días a medida que se evalúen las respuestas del gobierno y la reacción de la ciudadanía ante la situación actual.