La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital La Fe en València se enfrenta a un cambio significativo en su personal de enfermería debido a la reciente adjudicación de plazas de Enfermería de las ofertas públicas de empleo (OPE) que estaban pendientes. Este proceso ha generado inquietud entre los trabajadores actuales, quienes advierten sobre el riesgo de un posible colapso sanitario, especialmente en el área neonatal, debido a la falta de experiencia de los nuevos profesionales que se incorporarán al servicio.
Los interinos que actualmente ocupan los puestos serán reemplazados por funcionarios que hayan obtenido plaza en el proceso público y que elijan la UCI como su destino. Esta situación ha llevado al personal de enfermería y a los técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) a solicitar un «blindaje total» de los servicios críticos y especiales. En su comunicado, piden a la Conselleria de Sanidad la creación de perfiles específicos que consideren las habilidades necesarias para trabajar en la UCI, similar a lo que se exige para el personal médico en plazas con características específicas.
### La Experiencia como Factor Crítico
Los trabajadores de la UCI han expresado su preocupación sobre la falta de experiencia que podrían tener los nuevos profesionales. Verónica, una de las enfermeras actuales, ha señalado que en el pasado, cuando se realizó una consolidación similar en 2005, el reemplazo de personal resultó en un caos. «Se tarda años en adquirir la experiencia necesaria para trabajar en una UCI», afirma Verónica, quien enfatiza que el equipo actual prefiere mantener a los profesionales con experiencia por el bienestar de los pacientes y la estabilidad del equipo.
El comunicado del personal también destaca el riesgo de comprometer gravemente la seguridad del paciente y la calidad asistencial si no se lleva a cabo una transición planificada. Los trabajadores piden a la dirección del hospital un compromiso real y apoyo en este proceso, ya que algunos de los profesionales que están siendo reemplazados han estado en la unidad durante hasta 24 años.
Por otro lado, fuentes oficiales de la Conselleria de Sanidad han intentado calmar las preocupaciones del personal, afirmando que más del 80% de los nuevos profesionales que se están incorporando cuentan con la formación y experiencia necesarias para trabajar en cuidados críticos. Según estas fuentes, la asistencia en la UCI no se ha visto afectada por la llegada de nuevo personal, y la calidad y seguridad asistencial de los pacientes se han mantenido en todo momento.
### La Crisis de Personal en el Sistema Sanitario
La situación en la UCI del Hospital La Fe es solo una parte de un problema más amplio en el sistema sanitario público de la Comunidad Valenciana. La Junta de Personal del hospital ha denunciado la «nefasta gestión» y el «caos» que ha generado la incorporación de personal a través de las OPE. Critican la falta de transparencia en el proceso y la manera en que se están asignando las plazas, comparándolo con una «lotería por orden de llegada».
El sindicato SATSE ha alertado sobre la falta de personal en enfermería debido a la incorporación de 6,200 enfermeras y enfermeros de las OPE, lo que representa casi el 40% de la plantilla. Este proceso administrativo ha coincidido con la campaña de vacunación de la gripe y la COVID-19, que comenzó el 1 de octubre. SATSE ha criticado que la Generalitat no haya contratado enfermeras a través de la bolsa de trabajo para mitigar el impacto de la falta de personal en este momento crítico.
Además, la Generalitat ha finalizado tres procesos diferentes de OPE al mismo tiempo, lo que ha generado aún más confusión y problemas en la gestión del personal. Estos procesos han estado abiertos desde la época del Botànic y están consolidando más de 53,000 plazas sanitarias, muchas de las cuales han estado pendientes durante cuatro años.
La situación actual en la UCI del Hospital La Fe y en el sistema sanitario valenciano en general pone de manifiesto la necesidad de una gestión más eficiente y transparente en la incorporación de personal. La falta de experiencia y la presión sobre los equipos existentes son preocupaciones legítimas que deben ser abordadas para garantizar la calidad de la atención médica y la seguridad de los pacientes en la región.
