La exmilitante socialista Leire Díez compareció ante el Senado para abordar su relación con el caso Koldo, donde negó ser una figura clave en las supuestas maniobras del PSOE. Durante su intervención, enfatizó su rol como periodista, rechazando las acusaciones de la oposición que la vinculan con las «cloacas» del partido. Afirmó que su interés en investigar el mal funcionamiento de las instituciones no está ligado al PSOE, sino que busca contribuir al Estado de derecho. A pesar de las presiones, insistió en que no ha mantenido vínculos personales o políticos con Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, actualmente en prisión.
En su defensa, Díez mencionó que su trabajo incluye investigar las disfunciones en la justicia, afectando a figuras de diferentes partidos, incluyendo al PP. Su comparecencia se produce en un contexto de creciente tensión política, donde el Partido Popular busca aprovechar la situación para cuestionar la financiación del PSOE y las acciones de su exmilitante. La atención se centra en cómo sus declaraciones podrían influir en su situación legal, ya que se enfrenta a acusaciones de cohecho y tráfico de influencias, con una declaración programada para noviembre ante el juez.