La agricultura en Jumilla enfrenta desafíos significativos, especialmente en la recolección de fruta de hueso, donde la mano de obra inmigrante juega un papel crucial. Ana y Antonio López, agricultores de la región, han adaptado sus prácticas para maximizar la eficiencia y asegurar el bienestar de sus trabajadores. En un contexto donde la demanda de fruta es alta, estos agricultores dependen de un equipo de jornaleros, muchos de los cuales son inmigrantes que buscan regularizar su situación en España. Ana destaca la importancia de cuidar las condiciones laborales de estos trabajadores, quienes a menudo enfrentan largas jornadas y condiciones difíciles.
La vida de los temporeros es un reflejo de la realidad migratoria en España. Mahamadou Salou, un inmigrante de Mali, comparte su experiencia trabajando en el campo desde su llegada en 2018. La comunidad inmigrante no solo contribuye a la economía local, sino que también crea redes de apoyo entre ellos, facilitando la adaptación y la búsqueda de empleo. Ana enfatiza que sin estos trabajadores, la producción agrícola se vería gravemente afectada, lo que resalta la necesidad de un enfoque más humano y comprensivo hacia la inmigración en el sector agrícola.