La tragedia de la dana que afectó a Valencia y otras regiones en octubre de 2025 dejó un saldo devastador de víctimas. En un tiempo récord de trece días, la Guardia Civil logró identificar a la mayoría de los 197 cadáveres recuperados en Valencia y a los cuatro en Albacete, un esfuerzo que ha sido reconocido por su eficacia y precisión. Este artículo explora el arduo trabajo realizado por los especialistas del Servicio de Criminalística y los procedimientos implementados para llevar a cabo esta tarea monumental.
### Un Operativo Sin Precedentes
El operativo de identificación se activó inmediatamente después de la tragedia. Los especialistas del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil se movilizaron al Instituto de Medicina Legal (IML) de Valencia, donde se concentraron los cadáveres recuperados por los equipos de Policía Judicial y forenses. El coronel Fernando Domínguez Álvarez, jefe del Servicio de Criminalística, destacó que el levantamiento de un cadáver es un proceso complejo que incluye la toma de fotografías y la inspección ocular. Sin embargo, debido a la magnitud de la tragedia, se implementaron procedimientos acelerados para facilitar el traslado de los cuerpos al IML.
Entre el 30 y el 31 de octubre, un gran número de cadáveres llegó al IML, y los agentes de Criminalística trabajaron sin descanso para registrar cada uno de ellos. La identificación de las víctimas se complicó en algunos casos debido al deterioro de las huellas dactilares, ya que muchos cuerpos habían estado expuestos al agua durante un tiempo prolongado. En tales situaciones, se recurrió al análisis de ADN, lo que permitió identificar a 47 víctimas que no pudieron ser reconocidas a través de huellas dactilares.
Para garantizar la rapidez del proceso, un helicóptero de la Guardia Civil transportaba muestras de ADN desde el IML a la base de Torrejón de Ardoz en Madrid, donde se encontraban los laboratorios de Criminalística. Este esfuerzo coordinado permitió que el laboratorio funcionara las 24 horas del día, lo que resultó en una identificación casi instantánea de las víctimas.
### Proceso de Identificación
El proceso de identificación de las víctimas se llevó a cabo en dos fases: ‘ante mortem’ y ‘post mortem’. En la fase ‘ante mortem’, se recogieron denuncias de los familiares de las víctimas, quienes proporcionaron información sobre características físicas, como tatuajes y cicatrices, así como datos de contacto de sus dentistas. Esta información fue crucial para orientar la identificación de los cuerpos.
Una vez que se recogieron las muestras de ADN de los familiares de primer grado, se pasó a la fase ‘post mortem’, donde se tomaron huellas dactilares y muestras de ADN de los cadáveres. La información recopilada se integró en una base de datos que facilitó la identificación y permitió que las propuestas fueran elevadas al juez para su aprobación.
El coronel Domínguez subrayó que, a pesar de la magnitud de la tragedia, no se produjeron errores en las identificaciones, lo que resultó en la satisfacción de los familiares de las víctimas. En un contexto donde, por lo general, hay más denuncias que cadáveres, la dana presentó un desafío único, ya que en los primeros días llegaron más cuerpos al IML que familias denunciantes. Esto se debió a que la tormenta causó daños significativos en las instalaciones de la Guardia Civil, lo que dificultó que las familias pudieran presentar sus denuncias.
Para abordar esta situación, se habilitó la Comandancia de Valencia como centro de recogida de denuncias y se realizaron llamamientos a través de redes sociales y carteles para que las familias se presentaran a denunciar a sus seres queridos desaparecidos. Además, se realizaron desplazamientos a otras ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga y Galicia para recoger muestras de ADN de familiares de las víctimas, lo que demuestra la dedicación y el compromiso del equipo de identificación.
La respuesta de la comunidad internacional ante la rapidez y eficacia del proceso de identificación ha sido notable. El coronel Domínguez afirmó que su equipo batió récords a nivel nacional e internacional, lo que ha generado admiración y respeto por su labor. En un momento de gran dolor y pérdida, el trabajo de estos especialistas ha brindado un rayo de esperanza a las familias afectadas, permitiéndoles encontrar la paz al conocer el destino de sus seres queridos.
El proceso de identificación de las víctimas de la dana no solo ha sido un testimonio de la capacidad de respuesta de las autoridades, sino también un recordatorio de la importancia de la colaboración y la dedicación en momentos de crisis. La tragedia ha dejado una huella imborrable en la comunidad, pero el esfuerzo conjunto de los equipos de emergencia y las fuerzas de seguridad ha demostrado que, incluso en las circunstancias más difíciles, es posible llevar a cabo un trabajo eficiente y humano.
