La reciente declaración del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, ha puesto de relieve la complejidad de la gestión de emergencias en situaciones de crisis climática, como la dana que afectó a Valencia el 29 de octubre. Durante su declaración ante la jueza y el fiscal, Polo expuso que la CHJ había enviado 24 correos electrónicos al centro de Coordinación de Emergencias (CCE) en las horas críticas de la tormenta, lo que ha generado un intenso debate sobre la efectividad de la comunicación y la respuesta ante desastres naturales.
Uno de los puntos más controvertidos de la declaración de Polo fue la afirmación de que, a pesar de la cantidad de información enviada, los datos de lluvia y caudales no fueron suficientes para anticipar la magnitud de la emergencia. Según Polo, los correos enviados incluían 16 alertas sobre lluvias intensas, pero la Generalitat ha cuestionado la eficacia de estos mensajes, argumentando que hubo un apagón informativo en momentos clave.
### La Importancia de los Datos Hidrológicos
La gestión de emergencias en situaciones de inundaciones depende en gran medida de la calidad y la puntualidad de los datos hidrológicos. En este caso, el Sistema de Alerta e Información Hidrológica (SAIH) fue la herramienta utilizada para monitorear las condiciones climáticas. Sin embargo, Polo destacó que el único sensor de caudal en la cuenca del barranco del Poyo, ubicado en Riba-roja, no permite una anticipación adecuada. Este sensor solo mide el caudal en tiempo real y no proporciona predicciones, lo que limita la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia.
La situación se complicó aún más cuando se registraron caudales extremadamente altos, que Polo describió como un fenómeno difícil de prever. Con un caudal de 1.686 metros cúbicos por segundo, el margen de tiempo para actuar se redujo a menos de 30 minutos, lo que dificultó la evacuación y la preparación de la población afectada. La falta de información precisa y en tiempo real ha sido un tema recurrente en las críticas hacia la gestión de la emergencia, lo que ha llevado a cuestionar la eficacia del sistema de monitoreo actual.
### Conflictos en la Comunicación de Emergencias
Otro aspecto relevante de la declaración de Polo fue la discrepancia en la cronología de los eventos y las decisiones tomadas durante la emergencia. La Generalitat ha señalado contradicciones entre lo que Polo declaró y lo que otros testigos, como el representante de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), afirmaron sobre el momento en que se comenzó a discutir el envío de alertas a la población. Mientras que Polo indicó que solicitó el envío de un mensaje de alerta antes de las 18 horas, el testimonio de Aemet sugiere que esta discusión no tuvo lugar hasta después de esa hora.
Estas diferencias en las versiones han alimentado la controversia y han llevado a la oposición política a exigir la dimisión de Polo. El Partido Popular ha argumentado que la falta de comunicación efectiva y la incapacidad para anticipar el aumento del caudal en el barranco del Poyo son razones suficientes para cuestionar su liderazgo en la CHJ.
La situación se complica aún más con la reciente decisión de la jueza de inscribir a una bebé no nacida como víctima de la dana, lo que subraya la gravedad de la crisis y el impacto humano de la tragedia. Este reconocimiento ha generado un debate sobre la responsabilidad de las autoridades en la gestión de emergencias y la necesidad de mejorar los sistemas de alerta y respuesta ante desastres naturales.
La CHJ ha defendido su actuación, argumentando que el SAIH, aunque no es un sistema de predicción, ha sido una herramienta valiosa para la gestión de emergencias desde su instalación en la cuenca del Júcar entre 1985 y 1989. Sin embargo, la falta de un sistema de predicción efectivo ha sido un punto de crítica constante, y muchos expertos sugieren que es necesario invertir en tecnología que permita una mejor anticipación de fenómenos climáticos extremos.
La situación actual en Valencia plantea importantes preguntas sobre cómo se gestionan las emergencias climáticas y qué medidas se pueden implementar para mejorar la respuesta ante desastres en el futuro. La necesidad de una comunicación clara y efectiva entre las diferentes agencias y la población es fundamental para minimizar el impacto de eventos climáticos severos. La experiencia de la dana del 29 de octubre debe servir como un llamado a la acción para revisar y mejorar los protocolos de emergencia, así como para invertir en tecnología que permita una mejor preparación y respuesta ante situaciones de crisis.