La reciente celebración del 9 d’Octubre por parte de la Generalitat ha puesto de manifiesto las tensiones y desafíos que enfrenta el gobierno de la Comunitat Valenciana. En un contexto marcado por la devastadora dana que afectó a la región, las voces de diferentes actores sociales y políticos han comenzado a evaluar la gestión del Consell, liderado por Carlos Mazón. Las opiniones son diversas y reflejan un panorama complejo que abarca desde la economía hasta los derechos sociales y la cultura.
La crisis provocada por la dana ha sido un punto de inflexión en la legislatura actual. Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), ha señalado que el impacto de esta emergencia ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del gobierno. A pesar de reconocer la importancia del diálogo y la cooperación público-privada, Navarro ha expresado su preocupación por la reducción del apoyo al diálogo social, lo que podría afectar el bienestar de las personas y la competitividad de las empresas en la región.
Por su parte, Tino Calero, secretario general de UGT-PV, ha manifestado que el balance de la gestión del Consell es preocupante. A pesar de que los datos macroeconómicos pueden parecer positivos, la calidad del empleo sigue siendo una asignatura pendiente. La alta temporalidad y la falta de inversión en políticas activas de empleo son aspectos que requieren atención urgente. Calero también ha criticado la falta de sensibilidad hacia las víctimas de la dana y ha instado al Consell a reconsiderar sus prioridades, enfatizando la necesidad de reforzar los servicios públicos y establecer un modelo de relaciones laborales que garantice derechos y empleo de calidad.
En el ámbito educativo y universitario, las opiniones son igualmente críticas. Mavi Mestre, rectora de la Universitat de València, ha destacado que, a pesar de algunos avances en la financiación universitaria, persisten desafíos significativos que requieren atención. La colaboración entre la universidad y el gobierno local es esencial para el desarrollo de programas educativos que respondan a las necesidades de la sociedad. José Capilla, rector de la Universitat Politècnica de València, ha coincidido en que, aunque se han logrado algunos acuerdos importantes, la estabilidad y el compromiso con la educación superior son fundamentales para el futuro de la Comunitat Valenciana.
La cultura también ha sido un tema de debate. Gabi Ochoa, dramaturgo y guionista, ha señalado la falta de estabilidad en el ámbito cultural, con múltiples ceses de altos cargos en la conselleria. Ochoa ha criticado la gestión del gobierno, acusándolo de trabajar en contra del sector cultural y de realizar recortes en líneas de ayudas. La preocupación por la falta de apoyo a la creación valenciana es palpable entre los profesionales del sector, quienes esperan un cambio en la dirección de la política cultural.
Desde una perspectiva política, Anna López, politóloga y autora de ‘La extrema derecha en Europa’, ha argumentado que la gestión de Mazón ha estado marcada por la subordinación a Vox, lo que ha llevado a un retroceso en derechos y calidad democrática. La dependencia de un partido de extrema derecha ha condicionado la agenda política del Consell, limitando su capacidad para abordar los desafíos estructurales de la región. López advierte que esta situación no solo es preocupante desde un punto de vista político, sino que también representa una amenaza para la democracia en la Comunitat Valenciana.
En el ámbito económico, Joaquín Maudos, economista y director adjunto del Ivie, ha señalado que la Comunitat Valenciana ha experimentado un crecimiento del PIB ligeramente por debajo de la media nacional. La infrafinanciación crónica de la región ha limitado la capacidad del gobierno para invertir en desarrollo y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Maudos enfatiza la necesidad urgente de una reforma del sistema de financiación que permita a la Comunitat Valenciana acceder a los recursos necesarios para su desarrollo.
La percepción de la ciudadanía sobre la gestión del Consell también ha sido objeto de análisis. Encuestas recientes indican que una gran parte de la población considera que Mazón debería dimitir debido a su manejo de la crisis provocada por la dana. La falta de liderazgo y la percepción de que el gobierno ha priorizado intereses políticos sobre el bienestar de la ciudadanía han generado un clima de descontento.
La situación actual en la Comunitat Valenciana es un reflejo de las complejidades que enfrenta el gobierno de Mazón. Las críticas sobre la gestión de la crisis, la falta de inversión en servicios públicos y la dependencia de Vox son solo algunos de los aspectos que han llevado a una evaluación negativa de su administración. A medida que la legislatura avanza, será crucial observar cómo el Consell responde a estas críticas y si logra implementar cambios significativos que beneficien a la sociedad valenciana en su conjunto.
