La decisión del Ministerio de Defensa de España de no adquirir los cazas F-35 de fabricación estadounidense ha generado un amplio debate en el ámbito militar y político. En lugar de ello, el Gobierno ha decidido centrar sus esfuerzos en alternativas europeas, como el Eurofighter y el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS). Esta elección se alinea con un plan más amplio que busca invertir el 85% de los fondos destinados a la defensa en proyectos europeos, en un contexto donde España se ha comprometido a alcanzar el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB) en gasto militar.
**Contexto de la Decisión**
La decisión de no seguir adelante con la compra de los F-35 se produce tras una serie de conversaciones preliminares que se habían llevado a cabo. La Armada española, que planea retirar su flota de Harrier AV8B en 2030, estaba en busca de un reemplazo adecuado. Sin embargo, la incompatibilidad de esta compra con el compromiso de invertir en defensa europea ha llevado al Gobierno a aparcar la opción de los cazas estadounidenses.
**Relaciones Internacionales y Defensa**
El contexto internacional también ha influido en esta decisión. Durante la Cumbre de la OTAN, el presidente estadounidense Donald Trump expresó su descontento con la postura de España respecto al gasto en defensa, lo que ha añadido presión sobre el Gobierno español. A pesar de las tensiones, la estrategia de priorizar la industria de defensa europea refleja un cambio significativo en la política militar del país, buscando fortalecer la colaboración dentro de la Unión Europea.