En un contexto donde la migración se ha convertido en un fenómeno global, las historias de quienes buscan refugio y una nueva vida en otros países son cada vez más comunes. Sin embargo, no todas las experiencias son positivas. Sandra y Lizeth, dos mujeres colombianas, han denunciado ser víctimas de racismo inmobiliario en España, un caso que pone de manifiesto la xenofobia y el odio que aún persisten en la sociedad.
### La Búsqueda de un Nuevo Comienzo
Sandra y Lizeth abandonaron Colombia hace cuatro años, huyendo de situaciones extremas que amenazaban sus vidas. Una de ellas enfrentaba amenazas de la guerrilla, mientras que la otra era víctima de violencia de género en su hogar. Con la esperanza de encontrar un entorno más seguro, decidieron emigrar a España en diciembre de 2021. Sin embargo, lo que esperaban que fuera un nuevo comienzo se transformó rápidamente en una pesadilla.
Su llegada a España estuvo marcada por la búsqueda de un lugar donde vivir. Tras contactar con una mujer que ofrecía una habitación en su casa en Paterna, aceptaron la oferta, sin imaginar que se convertirían en blanco de acoso y amenazas. Al principio, la convivencia parecía ser pacífica, incluso la arrendataria se ofreció a ayudar a una de ellas cuando perdió su empleo. Pero esta aparente tranquilidad fue efímera.
La hija de la casera, quien vivía en el mismo edificio, comenzó a hostigarlas. Este acoso se intensificó con el tiempo, convirtiéndose en una serie de ataques verbales y amenazas que las llevaron a sentirse inseguras en su propio hogar. La situación se tornó insostenible, y las mujeres decidieron llevar su caso ante la justicia, denunciando el acoso y el racismo que sufrían.
### El Acoso y la Denuncia
Los hechos denunciados por Sandra y Lizeth son alarmantes. Desde junio de 2022, la hija de la casera comenzó a enviar mensajes de WhatsApp llenos de insultos racistas y descalificativos. La acusada no solo se limitó a hostigarlas a través de mensajes, sino que también las perseguía en la calle, gritándoles insultos y amenazándolas con violencia física.
Entre los mensajes que recibieron, se encontraban términos despectivos como «cerda», «ilegal» y «usurpadora», que reflejan la profunda xenofobia que enfrentan muchas personas migrantes. Además, la acusada llegó a publicar fotos de las mujeres en su estado de WhatsApp, presentándolas de manera humillante y amenazando con hacerles daño.
El acoso se extendió más allá de las palabras. La mujer introducía panfletos con insultos por debajo de la puerta y golpeaba las paredes de su casa, creando un ambiente de terror constante. Las víctimas, que habían llegado a España buscando paz, se encontraron atrapadas en una situación de miedo y estrés.
El impacto emocional de esta experiencia fue devastador. Una de las mujeres tuvo que recibir tratamiento psicológico debido a la depresión que le provocó el acoso. La situación se volvió tan insostenible que finalmente decidieron abandonar la vivienda en enero de 2023, después de meses de sufrimiento.
El Ministerio Fiscal ha tomado cartas en el asunto, solicitando dos años de prisión para la acusada por su comportamiento racista y agresivo. Este caso ha sido llevado a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia, donde se espera una resolución que podría sentar un precedente en la lucha contra el racismo y la xenofobia en el ámbito inmobiliario.
Sandra y Lizeth han expresado su deseo de que se haga justicia, no solo para ellas, sino para todas las personas que enfrentan situaciones similares. «No es justo que te reciban con tanta violencia cuando solo buscas un lugar seguro», han declarado. Su historia es un recordatorio de que el racismo y la discriminación siguen siendo problemas graves que deben ser abordados en la sociedad actual.
A medida que el juicio avanza, la comunidad espera que este caso sirva para visibilizar el racismo inmobiliario y fomentar un diálogo sobre la inclusión y el respeto hacia todas las personas, independientemente de su origen. La lucha de Sandra y Lizeth es un llamado a la acción para todos aquellos que creen en la igualdad y la justicia.