El periodismo español ha perdido a uno de sus más grandes exponentes con el fallecimiento de Fernando Lázaro, un referente en la investigación periodística que dejó una huella imborrable en el sector. A los 59 años, Lázaro falleció el 15 de junio de 2025, dejando tras de sí un legado de valentía, compromiso y profesionalismo que ha sido reconocido por colegas, políticos y figuras públicas de diversas áreas.
### Trayectoria profesional y contribuciones al periodismo
Nacido en Logroño en 1966 y licenciado en Ciencias de la Información, Fernando Lázaro comenzó su carrera en el Diario 16, donde se destacó por su capacidad para abordar temas complejos y delicados. Su trayectoria se consolidó cuando se convirtió en uno de los fundadores de El Mundo, un medio que ha sido testigo de algunos de los momentos más cruciales de la historia reciente de España. Durante más de tres décadas, Lázaro se dedicó a investigar y reportar sobre temas de gran relevancia, desde los GAL y ETA hasta la pandemia de COVID-19, siempre con un enfoque en la verdad y la justicia.
Lázaro no solo fue un periodista, sino también un educador. Ejerció como profesor universitario, compartiendo su vasta experiencia y conocimientos con nuevas generaciones de comunicadores. Su compromiso con la formación de futuros periodistas refleja su deseo de que el periodismo mantenga su integridad y su papel fundamental en la sociedad.
A lo largo de su carrera, recibió numerosos galardones que reconocieron su labor y su valentía. Entre ellos, destacan los premios otorgados por la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Fundación Jiménez-Becerril, que subrayan su dedicación a causas justas y su lucha por dignificar a las víctimas del terrorismo. Lázaro fue un defensor incansable de la verdad, y su trabajo ha sido fundamental para dar voz a aquellos que a menudo son silenciados.
### La lucha personal de Fernando Lázaro
En 1999, Lázaro recibió un diagnóstico que cambiaría su vida: linfoma MALT. A pesar de la gravedad de la enfermedad, su actitud positiva y su determinación para seguir adelante fueron inspiradoras. En varias ocasiones, Lázaro expresó que no permitiría que la enfermedad definiera su vida. «No puedo perder el positivismo vital que es el que me va a venir bien, por mí y por mi entorno. Hay que dar muchos pedales todavía», afirmó en una entrevista, reflejando su espíritu indomable.
Su lucha contra el cáncer no solo fue una batalla personal, sino también un testimonio de su pasión por el periodismo. A pesar de los tratamientos agresivos y las complicaciones que enfrentó, continuó trabajando y comunicando hasta sus últimos días. Su dedicación al periodismo y su deseo de informar a la sociedad nunca flaquearon, lo que lo convirtió en un ejemplo de resiliencia y compromiso.
La noticia de su fallecimiento ha conmovido a muchos, y las redes sociales se han inundado de mensajes de condolencias y recuerdos. Políticos como Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal han expresado su pesar y han destacado la importancia de su legado. Feijóo lo describió como un «periodista en mayúsculas y un profesional libre», mientras que Abascal lo recordó como «un valiente que siempre estuvo del lado bueno de la historia». Estas palabras reflejan no solo el impacto que tuvo Lázaro en el periodismo, sino también en la vida de quienes lo conocieron.
Fernando Lázaro fue más que un periodista; fue un defensor de la verdad, un amigo leal y un ser humano excepcional. Su legado perdurará en las páginas de la historia del periodismo español y en los corazones de aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo y trabajar a su lado. Su vida y su obra son un recordatorio de la importancia de la integridad en el periodismo y de la necesidad de seguir luchando por la verdad, incluso en los momentos más difíciles.