La central nuclear de Golfech, ubicada cerca del río Garona en el suroeste de Francia, ha sido una de las instalaciones más afectadas por las recientes olas de calor que han azotado el país. A finales de junio, las temperaturas extremas llevaron a las autoridades a suspender la actividad de varias centrales nucleares debido a que las aguas del Garona superaron el umbral reglamentario de 28ºC. Este fenómeno ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema energético francés, que depende en gran medida de la energía nuclear para su suministro eléctrico.
La situación se ha vuelto crítica, ya que el agua del río, esencial para la refrigeración de los reactores, no logra mantenerse a temperaturas adecuadas debido al calor persistente. La empresa eléctrica estatal EDF advirtió que las restricciones de producción podrían afectar a varias plantas, incluyendo Golfech, Blayais, Bugey y Saint-Alban-du-Rhône. Este verano, se estima que cerca de cinco instalaciones nucleares han tenido que reducir su producción debido a las altas temperaturas, un problema que ya se había presentado en 2018 durante otra ola de calor.
El impacto de esta situación no se ha limitado a las instalaciones nucleares. En París, el 5 de julio, se registraron cortes de electricidad en varias zonas, incluyendo áreas emblemáticas como las Galerías Lafayette y la Asamblea Nacional. Según Enedis, la empresa encargada de la gestión eléctrica, estos cortes están directamente relacionados con las altas temperaturas y las fallas en las conexiones eléctricas. Durante los días más críticos, entre el 1 y 2 de julio, el 15% de la capacidad nuclear de Francia estuvo fuera de servicio, justo cuando la demanda eléctrica alcanzaba niveles récord debido al uso intensivo de sistemas de refrigeración.
### Desafíos del Parque Nuclear Francés
Francia cuenta actualmente con 57 reactores nucleares distribuidos en 18 centrales, que generan aproximadamente el 65% de su electricidad. Sin embargo, el país enfrenta un grave problema de obsolescencia en su infraestructura nuclear. Muchas de estas centrales fueron diseñadas entre las décadas de 1960 y 1980, en un contexto donde el calentamiento global no era una preocupación prioritaria. Esto ha llevado a que el Gobierno de Emmanuel Macron cierre temporalmente varios reactores para mantenimiento, dejando a 11 de ellos fuera de servicio en este momento.
La dependencia de Francia del uranio importado también ha aumentado la vulnerabilidad de su sistema energético. Desde el cierre de su última mina en 2001, el país ha dependido de las importaciones de uranio de países como Níger, Kazajistán, Uzbekistán y Namibia. Sin embargo, la situación política en Níger ha complicado aún más las cosas. Tras el golpe de Estado militar en 2023, el nuevo Gobierno ha bloqueado las exportaciones de uranio y ha nacionalizado la mina de SOMAIR, que es crucial para el suministro francés. Este cambio ha llevado a tensiones diplomáticas y a la búsqueda urgente de nuevas fuentes de uranio para garantizar la seguridad energética del país.
### Efectos en el Mercado Energético Europeo
La fragilidad del parque nuclear francés no solo afecta a Francia, sino que tiene repercusiones en toda Europa. En 2023, Francia se consolidó como el mayor exportador de electricidad del continente. Sin embargo, cualquier caída en su producción puede tener un efecto dominó en los países vecinos. Durante la reciente ola de calor, la alta demanda de energía y la interrupción del suministro llevaron a un aumento drástico en los precios de la electricidad en varios países europeos. Un informe reciente indica que, el 24 de junio, los precios medios diarios de la electricidad aumentaron un 15% en España, un 106% en Polonia, un 108% en Francia y un asombroso 175% en Alemania, donde los precios casi se triplicaron en algunas horas pico.
Este fenómeno no es exclusivo de Francia. Suiza también ha tenido que detener la actividad de su central nuclear de Beznau debido a las altas temperaturas, lo que sugiere que el cierre de centrales nucleares por calor podría convertirse en una práctica habitual si las temperaturas continúan en aumento. Mientras Francia busca soluciones para revitalizar su parque nuclear, Suiza ha decidido eliminar progresivamente la energía nuclear y cerrar sus reactores para 2032, lo que plantea un futuro incierto para la energía en la región.
La combinación de un parque nuclear envejecido, la dependencia de importaciones de uranio y el impacto del cambio climático está poniendo a prueba la capacidad de Francia para mantener su modelo energético basado en la energía nuclear. A medida que las temperaturas continúan aumentando, la necesidad de una transición hacia fuentes de energía más sostenibles y resilientes se vuelve cada vez más urgente.