La historia de Cristina Balcera, fallera mayor de 2025 de la comisión Campassos de Albalat de la Ribera, ha tomado un giro inesperado y doloroso. Lo que comenzó como un año de celebración y orgullo se ha transformado en un verdadero calvario emocional para ella. Balcera, quien había asumido su papel con ilusión, se ha visto envuelta en una serie de conflictos que la han llevado a considerar acciones legales contra su propia comisión. La situación ha escalado a tal punto que ha expresado su deseo de que se le permita concluir su reinado de manera digna, algo que considera merecido tras el esfuerzo y dedicación que ha puesto en su papel.
La fallera mayor ha denunciado que, desde el momento en que fue elegida por sorteo, ha enfrentado una serie de desprecios y desaires por parte de algunos miembros de la comisión. Esta situación ha afectado gravemente su salud mental, llevándola a experimentar episodios de depresión, lo que ha requerido ajustes en su medicación. Balcera ha declarado que su experiencia ha sido tan negativa que ha decidido no continuar en el cargo en el próximo ejercicio, pero aún así, siente que se le ha despojado de su título sin justificación y sin la oportunidad de despedirse adecuadamente.
La controversia se intensificó cuando la junta directiva de la comisión aprobó una modificación en el reglamento interno que impide a Balcera participar en los actos que se celebran antes de la proclamación de su sucesora. Esta decisión ha sido interpretada por ella como un acto de exclusión y ha llevado a un intercambio tenso de mensajes con el presidente de la comisión, David Roselló. En este cruce de palabras, Balcera dejó claro que está dispuesta a llevar el asunto a los tribunales si es necesario, lo que refleja la gravedad de la situación.
### Conflictos Internos y Bullying
El presidente de la comisión, David Roselló, ha respondido a las acusaciones de Balcera, negando que se trate de un caso de bullying. Según él, la situación es más compleja y se debe a la percepción de que Balcera ha sido problemática dentro de la comisión. Roselló argumenta que la falta de apoyo hacia Balcera proviene de su llegada a la falla, ya que no es originaria de Albalat y ha generado tensiones con otros miembros, incluyendo a su mejor amiga dentro de la comisión. La decisión de la junta de no permitirle representar a la falla en los actos restantes se basa en la interpretación de que una persona que no está activa en la falla no puede ostentar el título de fallera mayor.
Este conflicto ha puesto de manifiesto las dinámicas de poder y las relaciones interpersonales dentro de la comisión, que parecen haberse deteriorado a lo largo del año. Balcera ha señalado que, desde el inicio de su reinado, ha sentido que ha sido objeto de un trato desigual y que su presencia ha sido minimizada. La falta de invitación al acto de nombramiento de la nueva fallera mayor ha sido el colofón a un año lleno de desilusiones. Roselló, por su parte, ha defendido que el evento es de carácter privado y que no existe obligación de invitar a las falleras del año anterior, lo que ha generado aún más malestar en Balcera.
La situación de Balcera no es un caso aislado, ya que ha habido reportes de conflictos similares en otras comisiones. Esto plantea la pregunta de cómo se gestionan las relaciones dentro de estas organizaciones y qué medidas se pueden implementar para evitar que situaciones como la de Balcera se repitan en el futuro. La falta de comunicación y el manejo inadecuado de los conflictos pueden llevar a que personas se sientan marginadas y excluidas, afectando no solo su salud mental, sino también la cohesión del grupo.
### La Salud Mental en el Contexto de las Fallas
El caso de Cristina Balcera también pone de relieve la importancia de la salud mental en el contexto de las festividades y celebraciones locales. Las fallas, que son una tradición profundamente arraigada en la cultura valenciana, deberían ser un espacio de alegría y camaradería. Sin embargo, cuando surgen conflictos internos, el impacto emocional puede ser devastador para aquellos involucrados. Balcera ha compartido que su experiencia ha sido tan abrumadora que ha tenido que buscar ayuda profesional, lo que subraya la necesidad de abordar la salud mental en estos entornos festivos.
Las organizaciones que gestionan eventos como las fallas deben ser conscientes de la importancia de crear un ambiente inclusivo y de apoyo. La implementación de protocolos para la resolución de conflictos y la promoción de la salud mental podría ser beneficiosa para prevenir situaciones similares en el futuro. Además, fomentar la comunicación abierta y el respeto mutuo entre los miembros de la comisión es esencial para mantener la armonía y el espíritu festivo que caracteriza a estas celebraciones.
El caso de Cristina Balcera es un recordatorio de que detrás de las festividades y las tradiciones, hay personas con emociones y experiencias que deben ser valoradas y respetadas. La comunidad debe trabajar unida para garantizar que todos los miembros se sientan incluidos y apoyados, especialmente en momentos de celebración.