La arquitecta y paisajista Cristina Morata, del despacho belga Omgeving, ha presentado un enfoque innovador para el diseño del Corredor Verde Sur de València, un proyecto que busca transformar la infraestructura urbana de la ciudad en un espacio más sostenible y accesible. Ganadores de un concurso en abril de 2023, Morata y su equipo han defendido la viabilidad de su propuesta, que se inspira en proyectos similares en otras ciudades europeas, como Amberes. La idea central es crear un gran parque lineal que conecte diversos barrios del sur de València, que históricamente han sido marginados en términos de urbanismo.
### Un Enfoque Sostenible para la Ciudad
El proyecto de Omgeving, titulado «Green Leaf» o «Hoja Verde», se centra en la regeneración urbana y la integración de espacios verdes en la ciudad. La propuesta incluye la creación de un bulevar en el que el 70% del espacio esté destinado a zonas verdes, lo que contrasta con la tendencia actual de priorizar el tráfico vehicular. Morata ha señalado que su diseño prescinde de las vías de tráfico en el espacio central, utilizando en su lugar grandes ejes viarios como la carretera de Malilla y la calle San Vicente. Esto no solo mejoraría la calidad del aire y la biodiversidad en la zona, sino que también fomentaría un estilo de vida más saludable para los residentes.
El bulevar García Lorca, que forma parte de este proyecto, se plantea como un gran jardín de barrio que podría servir como una nueva conexión con l’Horta Sud. Este enfoque busca no solo embellecer la ciudad, sino también crear un espacio que fomente la interacción social y el bienestar de los ciudadanos. La arquitecta ha enfatizado que este modelo de ciudad es contemporáneo y dialoga con el paisaje, lo que representa un cambio significativo respecto a las prácticas urbanísticas tradicionales.
### Desafíos y Oportunidades en el Desarrollo del Corredor Verde
A pesar de la ambiciosa visión presentada por Omgeving, el actual gobierno municipal, liderado por Mª José Catalá, ha mostrado escepticismo hacia la viabilidad del proyecto. Han optado por retomar la propuesta de Kathryn Gustafson, ganadora del concurso de ideas del Parc Central, que busca un diseño con menos tráfico y más zonas verdes. Este cambio ha generado un debate en la ciudad sobre el futuro del bulevar y la dirección que debería tomar el desarrollo urbano en València.
Cristina Morata ha expresado su preocupación por la falta de comunicación y claridad en el proceso de toma de decisiones. A pesar de que el nuevo gobierno se comprometió a estudiar el proyecto a finales de 2023, no ha habido avances significativos desde entonces. La arquitecta ha subrayado que su propuesta no solo es viable, sino que ya se está implementando en otras ciudades, lo que demuestra que es posible llevar a cabo un proyecto de esta magnitud en València.
El Corredor Verde no solo representa una oportunidad para mejorar la infraestructura urbana, sino que también podría tener un impacto positivo en la economía local. La creación de espacios verdes y accesibles puede atraer a más visitantes y residentes, lo que a su vez podría impulsar el comercio y la actividad económica en la zona. Además, la implementación de este tipo de proyectos puede contribuir a la lucha contra el cambio climático, al reducir la huella de carbono de la ciudad y promover un estilo de vida más sostenible.
La arquitecta ha estimado que, si se integran adecuadamente las propuestas en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la infraestructura verde podría estar lista en un plazo de cinco años. Este horizonte de ejecución es alentador, pero depende en gran medida de la voluntad política y del compromiso de las autoridades locales para llevar a cabo un cambio significativo en la planificación urbana de València.
El Corredor Verde Sur de València es más que un simple proyecto de paisajismo; es una visión de cómo las ciudades pueden evolucionar para ser más inclusivas, sostenibles y adaptadas a las necesidades de sus habitantes. La colaboración entre arquitectos, urbanistas y la comunidad es esencial para hacer realidad esta ambiciosa propuesta, que podría transformar la forma en que los ciudadanos interactúan con su entorno urbano. La clave estará en encontrar un equilibrio entre las diferentes visiones y necesidades de la ciudad, para que València pueda avanzar hacia un futuro más verde y conectado.