La creciente presencia de apartamentos turísticos en València ha generado un clima de tensión entre los residentes y los turistas. La situación se ha vuelto insostenible para muchos vecinos, quienes se ven obligados a lidiar con ruidos excesivos y comportamientos inapropiados por parte de los inquilinos de estos alojamientos. Un caso reciente en el barrio de Zapadores ha puesto de manifiesto esta problemática, donde una joven residente se ha quejado de la falta de respeto hacia el descanso de los vecinos por parte de un grupo de turistas que, a altas horas de la madrugada, se dedicaban a cantar y bailar en la calle con altavoces a todo volumen.
La joven, que trabaja temprano por la mañana, ha expresado su frustración tras haber llamado a la policía en varias ocasiones sin obtener una solución efectiva. Este tipo de incidentes no son aislados, ya que la proliferación de apartamentos turísticos en la ciudad ha llevado a un aumento en las quejas de los residentes. La situación se agrava en barrios que, aunque no están en el centro turístico, han sido invadidos por este tipo de negocios, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la regulación y el control de estos alojamientos.
La falta de acción por parte de las autoridades locales ha sido un tema recurrente en las quejas de los vecinos. Desde que el Ayuntamiento de València asumió competencias para sancionar apartamentos turísticos ilegales en febrero de 2025, solo se han impuesto siete multas, lo que ha generado un sentimiento de impunidad entre los propietarios de estos alojamientos. Aunque la Policía Local ha abierto 389 actas de denuncia en lo que va del año, la escasa respuesta sancionadora ha dejado a muchos residentes sintiéndose desprotegidos.
La nueva ordenanza de apartamentos turísticos, que se presenta como la más restrictiva de España, ha sido recibida con escepticismo por parte de los vecinos. A pesar de que se espera que esta normativa limite la apertura de nuevos apartamentos en zonas saturadas, también se contempla la posibilidad de abrir hasta 5,500 nuevos alojamientos en áreas que aún no alcanzan el 2% de pisos turísticos. Esta medida ha generado preocupación entre los residentes, quienes temen que la situación actual se agrave aún más.
La convivencia entre turistas y residentes se ha convertido en un tema candente en València, donde la presión del turismo ha transformado la dinámica de muchos barrios. La percepción de que los apartamentos turísticos son una amenaza para la calidad de vida de los vecinos ha llevado a un aumento en la organización de protestas y movilizaciones en defensa de sus derechos. Los residentes exigen un mayor control y regulación de estos alojamientos, así como un compromiso real por parte del Ayuntamiento para abordar sus preocupaciones.
La situación en Zapadores es solo un ejemplo de un problema más amplio que afecta a muchas áreas de la ciudad. Los residentes se sienten atrapados entre la necesidad de mantener su hogar y la invasión de turistas que, en ocasiones, no respetan las normas de convivencia. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades ha llevado a muchos a cuestionar la sostenibilidad del modelo turístico actual en València.
En este contexto, es fundamental que se establezcan mecanismos de diálogo entre los residentes, las autoridades y los propietarios de apartamentos turísticos. La búsqueda de un equilibrio entre el turismo y la vida cotidiana de los vecinos es esencial para garantizar una convivencia armoniosa en la ciudad. La regulación de los apartamentos turísticos debe ser una prioridad para las autoridades locales, quienes deben escuchar las demandas de los residentes y actuar en consecuencia.
La situación en València refleja un fenómeno que se está replicando en muchas ciudades del mundo, donde el turismo masivo ha comenzado a afectar la calidad de vida de los residentes. La necesidad de encontrar soluciones sostenibles y justas es más urgente que nunca. Los vecinos de Zapadores y otros barrios de València están alzando la voz, y es momento de que las autoridades escuchen sus demandas y actúen para proteger su derecho a vivir en un entorno tranquilo y respetuoso.