La reciente operación de la Guardia Civil en Sagunt ha desmantelado una de las organizaciones criminales más activas en el robo de cobre en España, conocida como la «Mafia del Cobre». Este grupo, que se había hecho famoso por sus audaces asaltos a instalaciones críticas, fue responsable de 102 robos en ocho comunidades autónomas, acumulando un botín valorado en 2,5 millones de euros. La operación, denominada Kuroma, resultó en la detención de 21 individuos y la recuperación de más de 20 toneladas de cobre, lo que representa un golpe significativo a la criminalidad organizada en el país.
### La Estructura y Operativa de la Organización
La investigación que llevó a la desarticulación de esta mafia comenzó en junio de 2024, cuando los agentes de la Guardia Civil empezaron a notar un patrón en los robos de cobre en la Comunidad Valenciana. En un periodo de 48 días, se registraron 37 robos, lo que llevó a las autoridades a sospechar que un mismo grupo estaba detrás de estos delitos. La organización operaba de manera jerárquica y organizada, con diferentes células que se encargaban de distintas tareas: desde la ejecución de los robos hasta la venta del material sustraído.
Los delincuentes llevaban a cabo sus asaltos principalmente en depuradoras y otras instalaciones donde el cobre tenía un alto valor. Se estima que el 80% de los robos se realizaron en depuradoras, donde el metal es más grueso y, por lo tanto, más rentable. La banda utilizaba un método de «rondas», cometiendo varios robos en un corto periodo de tiempo, lo que les permitía maximizar sus ganancias. Además, se descubrió que los miembros del grupo debían contribuir a un fondo común para cubrir los gastos de las operaciones, lo que les daba un sentido de pertenencia y aseguraba que solo los más comprometidos participaran en los delitos.
### Impacto en la Comunidad y Respuesta de las Autoridades
Los robos de esta organización no solo representaron un daño económico significativo, sino que también afectaron a los servicios esenciales de la comunidad. Las acciones de la mafia provocaron cortes de suministro de agua y electricidad, lo que generó un gran malestar entre los ciudadanos. La Guardia Civil ha señalado que estos delitos no solo son un problema de seguridad, sino que también tienen un impacto directo en la calidad de vida de las personas afectadas.
La operación Kuroma se llevó a cabo en tres fases, lo que demuestra la complejidad y la magnitud de la organización. En la primera fase, se desmantelaron dos células y se detuvo a once miembros del grupo. Posteriormente, se realizaron registros en domicilios en Getafe, donde se arrestó a otros seis integrantes. Finalmente, en la tercera fase, se detuvo a cuatro personas más, incluyendo a un individuo encargado de la venta de los bienes robados. La colaboración con la policía rumana fue crucial, dado que muchos de los miembros de la organización eran de origen rumano.
Los detenidos, con edades comprendidas entre los 20 y 33 años, enfrentan múltiples cargos, incluyendo pertenencia a organización criminal, robo con fuerza y receptación. La mayoría de ellos ya contaba con antecedentes penales, lo que subraya la naturaleza profesional y organizada de esta mafia.
La Guardia Civil ha enfatizado la importancia de la vigilancia y la colaboración entre diferentes cuerpos de seguridad para combatir este tipo de delitos. La magnitud de la operación y el número de detenidos reflejan el compromiso de las autoridades para erradicar la criminalidad organizada en el país. Además, se espera que este golpe a la Mafia del Cobre sirva como un aviso a otras organizaciones que operan en la sombra, mostrando que la ley está dispuesta a actuar con firmeza.
La comunidad afectada ha comenzado a exigir más medidas de seguridad y vigilancia para prevenir futuros robos, especialmente en instalaciones críticas que son vitales para el funcionamiento diario de la sociedad. La Guardia Civil ha respondido a estas preocupaciones, asegurando que continuarán trabajando para desmantelar redes criminales y proteger a los ciudadanos de este tipo de delitos.
La operación Kuroma no solo ha sido un éxito en términos de detenciones y recuperación de bienes robados, sino que también ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor colaboración entre las fuerzas de seguridad y la comunidad para prevenir la criminalidad y garantizar la seguridad de todos. La lucha contra el robo de cobre y otros metales preciosos es un desafío constante, pero con esfuerzos coordinados, es posible hacer frente a estas organizaciones y proteger los intereses de la sociedad.