La reciente detención de dos sospechosos por el robo en el Louvre ha reavivado el interés por los crímenes históricos en Europa. En este contexto, la Guardia Civil ha logrado esclarecer el asesinato de Máximo Casado, un funcionario que fue víctima de ETA hace 19 años. Este caso, que parecía perdido en el tiempo, ha cobrado vida gracias a la investigación meticulosa de las autoridades, que han desenterrado documentos clave del archivo histórico de la organización terrorista.
La investigación se centró en una carta autocrítica de un miembro del ‘comando Ttotto’, que operó en Álava entre 1999 y 2001. Este manuscrito reveló detalles sobre el atentado y permitió identificar a los autores materiales del crimen. La carta, que inicialmente parecía inofensiva, se convirtió en la pieza central que llevó a la reactivación del caso en 2017. La pericia grafística confirmó la autoría de la carta, lo que facilitó la identificación de los implicados, quienes ya se encontraban en prisión por otros delitos.
El proceso judicial culminó en 2019, cuando cuatro miembros de ETA fueron condenados a 33 años de prisión por el asesinato de Casado. Este desenlace no solo representa un avance en la justicia para la familia de la víctima, sino que también subraya la importancia de la perseverancia en la lucha contra el terrorismo y la búsqueda de verdad y justicia en casos que parecían olvidados.
