El vicepresidente Gan Pampols se encuentra en el centro de la atención pública debido a su papel en la gestión de la reconstrucción de Valencia tras la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a la región. En una reciente entrevista, Pampols compartió su visión sobre el plan Endavant, las dificultades que enfrenta y la importancia de la coordinación entre las distintas administraciones para garantizar una respuesta efectiva ante futuras catástrofes.
**La Importancia de un Plan Efectivo**
El despacho de Gan Pampols, ubicado en el antiguo hospital de la Cigueña, es un reflejo de su enfoque metódico y estratégico. Con un mapa de las comarcas valencianas sobre la mesa, Pampols se muestra consciente de la magnitud de la tarea que tiene entre manos. El plan Endavant, que busca la recuperación y anticipación ante desastres, ha sido diseñado con un enfoque pragmático, alejado de ideologías políticas. «Un plan es una asignación de medios a unas determinadas misiones que necesita flexibilidad y capacidad de adaptación», explica Pampols, citando a Moltke el viejo para enfatizar que, aunque los planes son esenciales, deben ser capaces de adaptarse a la realidad cambiante.
Sin embargo, la implementación del plan no ha estado exenta de desafíos. Pampols reconoce que la falta de garantías por parte de la Generalitat sobre el cumplimiento de los compromisos iniciales es una preocupación constante. «No entendería que no se cumpliera», afirma, subrayando la necesidad de un compromiso firme por parte de todas las partes involucradas. La coordinación entre el Gobierno de España y la Generalitat es crucial, y Pampols ha abogado por la creación de una Comisión Mixta para facilitar esta colaboración.
**Desafíos en la Gestión de Emergencias**
La gestión de la DANA del 29 de octubre ha dejado lecciones importantes. Pampols señala que la falta de infraestructuras adecuadas y un sistema de alerta deficiente contribuyeron a la magnitud de la tragedia. «Si hubiéramos tenido infraestructuras hidráulicas estructurales, podríamos haber minimizado el daño», sostiene. Este análisis crítico no solo se centra en la respuesta inmediata, sino que también plantea preguntas sobre la preparación para futuros eventos climáticos extremos.
La relación entre el cambio climático y la intensidad de las precipitaciones es un tema recurrente en la conversación. Pampols enfatiza que, aunque no se puede predecir el futuro con certeza, la ciencia proporciona datos que indican una correlación clara. «Nuestra obligación es prever que vuelva a ocurrir», afirma, destacando la importancia de la anticipación en la gestión de riesgos.
La burocracia y la lentitud en la respuesta administrativa son otros puntos de crítica. Pampols admite que las administraciones se han vuelto más lentas y burocráticas, lo que puede generar desconfianza entre la ciudadanía. «Nueve meses después de la DANA, aún hay un porcentaje enorme de obras pendientes de contratar», señala, reflejando la frustración que sienten muchos ciudadanos ante la lentitud del proceso de reconstrucción.
**El Futuro de la Reconstrucción**
A medida que el plan Endavant avanza, Pampols se muestra optimista sobre la posibilidad de mejorar la coordinación interadministrativa. La llegada de Zulima Pérez como nueva comisionada es vista como una oportunidad para revitalizar el enfoque hacia la reconstrucción. Pampols destaca su experiencia política y su formación en Derecho, lo que podría facilitar una mejor gestión de la crisis.
Sin embargo, el vicepresidente también es consciente de que la presión social está aumentando. La percepción de que la reconstrucción avanza lentamente puede llevar a un aumento de la frustración entre los afectados. Pampols se compromete a explicar el plan a las víctimas y damnificados en septiembre, reconociendo la importancia de la empatía y la comunicación en este proceso.
La gestión de la reconstrucción de Valencia es un desafío monumental que requiere un enfoque coordinado y efectivo. Gan Pampols, con su experiencia y visión, se enfrenta a la tarea de transformar un plan en acción, asegurando que la lección aprendida de la DANA se traduzca en una mayor resiliencia ante futuros desastres. La clave estará en la colaboración entre todas las administraciones y en la capacidad de adaptarse a un entorno en constante cambio.