La reciente decisión de Oriol Junqueras de postularse nuevamente a la presidencia de la Generalitat ha desatado un fuerte debate interno en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). A pesar de su liderazgo desde 2011, Junqueras enfrenta una creciente oposición dentro de su propio partido. La falta de consenso se ha hecho evidente, especialmente tras las primarias que dejaron heridas abiertas entre los miembros de la formación. Dirigentes como Pere Aragonès y Ernest Maragall han expresado su desacuerdo con la candidatura de Junqueras, sugiriendo que su liderazgo podría no ser el más adecuado para las próximas elecciones autonómicas de 2028.
Las tensiones en ERC han llevado a algunos sectores a proponer una consulta entre la militancia para decidir si el partido debería romper su alianza con el PSOE y el PSC. Esta situación refleja un momento crítico para la formación, que busca definir su rumbo en un contexto político cada vez más complejo. La inhabilitación de Junqueras por su papel en el referéndum del 1-O añade un nivel adicional de complicación a su candidatura, lo que plantea interrogantes sobre su capacidad para liderar en el futuro inmediato.