La situación financiera de las farmacias en la Comunitat Valenciana se ha vuelto crítica tras el anuncio de la Generalitat Valenciana de no abonar el importe de los medicamentos dispensados durante el mes de mayo. Esta decisión, comunicada por el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ha generado una gran preocupación entre los farmacéuticos, quienes enfrentan una deuda acumulada que asciende a aproximadamente 160 millones de euros. En la provincia de Valencia, el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos (Micof) estima que la deuda se eleva a 80 millones de euros, lo que representa un promedio de 64.412 euros por farmacia. Este impago no solo afecta a las farmacias, sino que también pone en riesgo la salud pública, especialmente en áreas rurales donde la dispensación de recetas representa hasta el 90% de la facturación.
La falta de liquidez en las farmacias es alarmante, ya que muchas de ellas no cuentan con los recursos necesarios para sobrevivir un mes sin cobrar. Un claro ejemplo es la farmacia de Cofrentes, cuyo titular ha vivido situaciones similares en el pasado y teme que la historia se repita. La angustia es palpable entre los farmacéuticos, quienes se ven obligados a seguir dispensando medicamentos a pesar de no recibir el pago correspondiente. Esto se traduce en una situación insostenible, donde las farmacias se ven forzadas a endeudarse aún más para poder operar.
### Impacto en las Farmacias Rurales
Las farmacias en zonas rurales son las más afectadas por esta crisis. En muchos casos, la venta de medicamentos es la principal fuente de ingresos, y la falta de pago por parte de la administración puede llevar a la quiebra a estos pequeños negocios. La titular de la Farmacia Segarra en Valencia ha expresado su preocupación, señalando que, aunque su establecimiento está en un área urbana, no tiene el tamaño suficiente para contar con un colchón financiero que le permita afrontar esta situación. La presión financiera ha llevado a muchos farmacéuticos a buscar formas de refinanciar sus deudas, lo que a su vez incrementa su carga financiera.
La situación es aún más crítica en las farmacias rurales, donde la dependencia de la venta de medicamentos es mucho mayor. En estos lugares, las farmacias no solo son un negocio, sino que también son un pilar fundamental para la salud de la comunidad. La falta de pago por parte de la Generalitat no solo afecta a los farmacéuticos, sino que también pone en riesgo el acceso a medicamentos esenciales para la población. La titular de la farmacia de Cofrentes ha compartido su experiencia, recordando cómo un impago anterior la llevó a la quiebra, y ahora vive con el temor de que la historia se repita.
### La Respuesta de la Generalitat y las Consecuencias
La Generalitat Valenciana ha justificado su decisión de no pagar a las farmacias alegando la falta de liquidez, un problema que se ha agudizado por la necesidad de recibir fondos del Gobierno central. La administración autonómica ha solicitado la transferencia de 1.900 millones de euros del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) extraordinario, que es crucial para poder hacer frente a sus obligaciones financieras. Sin embargo, la falta de estos fondos ha llevado a una situación de impago que afecta directamente a los farmacéuticos y, por ende, a la salud pública.
El conseller de Sanidad ha afirmado que están buscando formas de agilizar los trámites para que las farmacias puedan recibir el pago de los intereses generados por los créditos que han tenido que solicitar para cubrir sus gastos. Sin embargo, muchos farmacéuticos consideran que esta respuesta es insuficiente. La sensación de abandono por parte de la administración es palpable, y muchos se sienten obligados a seguir operando a pesar de las dificultades financieras.
La situación ha generado un clima de pesimismo entre los farmacéuticos, quienes sienten que son los primeros en ser perjudicados por las decisiones de la Generalitat. La crítica hacia la administración es fuerte, especialmente cuando se observa que se priorizan otros pagos, como la paga extraordinaria de los funcionarios, mientras que las farmacias, que son esenciales para el sistema de salud, quedan desatendidas. La titular de la farmacia en Valencia ha señalado que es incomprensible que se les exija seguir dispensando medicamentos sin recibir el pago correspondiente, lo que equivale a financiar al Gobierno.
La crisis actual recuerda a la situación vivida en 2012, cuando las farmacias también enfrentaron problemas de impago que llevaron a huelgas en el sector. Aunque la administración asegura que la situación actual es puntual, muchos farmacéuticos temen que se convierta en un problema estructural si no se toman medidas inmediatas para resolver la deuda con las farmacias. La falta de acción podría tener consecuencias graves no solo para los farmacéuticos, sino también para la salud de la población que depende de estos servicios.
