El líder de Vox, Santiago Abascal, ha generado un intenso debate tras defender la decisión del Ayuntamiento de Jumilla de prohibir el uso de instalaciones deportivas para la celebración de rituales islámicos. En sus declaraciones, Abascal califica al islamismo como una «ideología extremista» que amenaza la cultura y los derechos de las mujeres en España. Según él, esta medida es necesaria para proteger la identidad y las costumbres españolas, argumentando que el avance del islamismo está vinculado a un retroceso en las libertades y a la violencia contra grupos vulnerables.
Abascal también ha señalado que la situación en España es alarmante, mencionando el aumento de prácticas como la ablación femenina y el matrimonio forzado. En respuesta a estas afirmaciones, el Gobierno español, a través de la ministra de Inclusión y Migraciones, ha calificado la situación de «bochorno internacional» y ha instado al Ayuntamiento a reconsiderar su postura. La ministra enfatiza que la diversidad cultural es un pilar fundamental de la sociedad española y que el país no sería lo que es sin la influencia de la cultura musulmana. Este choque de opiniones refleja las tensiones actuales en torno a la inmigración y la identidad nacional en España.