La reciente limpieza del Nuevo Cauce en València ha comenzado con un presupuesto inicial de 60,000 euros, un monto que ha generado debate entre las instituciones involucradas. Este esfuerzo se centra en la retirada de troncos y otros elementos arrastrados por la dana del 29 de octubre de 2024, que amenazaban con obstaculizar el flujo de agua en el cauce. La intervención se lleva a cabo en un tramo de 2.3 kilómetros, que va desde la carretera CV-400 hasta la V-31, y es crucial para garantizar que el caudal del río se mantenga en condiciones óptimas ante la llegada de nuevas lluvias, especialmente en la temporada de tormentas que se aproxima.
Las labores de limpieza están siendo ejecutadas por una contrata municipal, Agricultores de la Vega de València (SAV), y se desarrollan en tres fases: desramado y troceado de los restos verdes, saca de estos restos hasta el borde del camino y, finalmente, carga y transporte a una planta de valorización. Este proceso no solo es vital para la seguridad de los ciudadanos, sino que también pone de manifiesto la fuerza destructiva de la naturaleza, evidenciada por la cantidad de material que ha quedado atrapado en los pilares de los puentes.
El concejal Carlos Mundina ha destacado la importancia de estas acciones, subrayando que el objetivo es devolver el cauce a su estado anterior a la dana. Acompañado por la alcaldesa en funciones y otros miembros del ayuntamiento, Mundina ha enfatizado que la limpieza es un paso necesario para evitar futuros desastres. Sin embargo, la oposición ha criticado la lentitud de las acciones, argumentando que se debería haber actuado con mayor celeridad desde el inicio del año.
La colaboración entre el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha sido clave en este proceso. A pesar de las tensiones previas, ambas instituciones han logrado coordinarse para llevar a cabo esta limpieza, que se considera esencial para la correcta evacuación de aguas pluviales. La CHJ había argumentado que su enfoque era trabajar de arriba hacia abajo, lo que generó frustración en el consistorio, que temía no estar listo para la próxima temporada de lluvias.
La magnitud de la limpieza es evidente, con troncos que han sido arrastrados a grandes distancias y que ahora se encuentran incrustados en los puentes. Este material no solo representa un riesgo para el flujo del agua, sino que también es un recordatorio de la devastación que puede causar una tormenta. La intervención actual busca no solo limpiar, sino también preparar el cauce para futuros eventos climáticos, que son cada vez más frecuentes y severos.
El trabajo de limpieza se realiza con un equipo especializado que utiliza motosierras y otros equipos auxiliares para garantizar que se eliminen todos los restos de manera efectiva. La primera fase se centra en el desramado y troceado de los restos verdes, que son luego transportados a una planta de valorización. Este enfoque no solo es práctico, sino que también busca minimizar el impacto ambiental de la limpieza, asegurando que los restos se gestionen de manera responsable.
Los puentes que están siendo atendidos en esta operación incluyen el V-31 (Pista de Silla), el puente de la CV-400, y otros puntos críticos donde se ha acumulado material. La longitud total del cauce que se está interviniendo es de aproximadamente 2,300 metros, lo que representa un esfuerzo significativo para restaurar el cauce a su funcionalidad original.
A medida que se avanza en la limpieza, es importante recordar que este trabajo no es solo una cuestión de estética o de mantenimiento, sino una necesidad urgente para la seguridad de los ciudadanos. La experiencia de la dana de 2024 ha dejado claro que la preparación y el mantenimiento de los cauces son fundamentales para evitar desastres en el futuro. La colaboración entre las instituciones es esencial para garantizar que se tomen las medidas adecuadas y que se actúe con rapidez ante cualquier eventualidad.
La situación actual del Nuevo Cauce es un recordatorio de la importancia de la gestión del agua y de los recursos naturales en un contexto de cambio climático. Con la llegada de nuevas tormentas, la limpieza y el mantenimiento del cauce se convierten en una prioridad no solo para la administración local, sino para toda la comunidad. La inversión en estas labores es una inversión en seguridad, bienestar y sostenibilidad para el futuro de València.
