La reciente dimisión de José María Ángel como comisionado del Gobierno para la reconstrucción tras el escándalo de un título falso ha puesto de manifiesto no solo la fragilidad de la confianza pública en las instituciones, sino también la opacidad y las irregularidades que han caracterizado la gestión del personal en la Diputación de Valencia. Este caso ha destapado una serie de problemas que han estado latentes durante años, incluyendo la gestión de salarios y la proliferación de jefaturas que parecen no tener justificación.
### La Estructura Salarial de la Diputación
La Diputación de Valencia es conocida por ser una de las administraciones más generosas en términos de salarios para sus empleados públicos. Actualmente, se estima que alrededor de 120 de los 1,200 funcionarios de la institución reciben salarios que superan los 85,000 euros anuales, cifra que corresponde al sueldo del presidente de la Diputación, Vicent Mompó. Este dato revela una disparidad notable en la estructura salarial, donde los altos cargos y jefaturas parecen beneficiarse desproporcionadamente.
Los informes internos de la Diputación han señalado que los responsables de cada departamento, conocidos como jefes de servicio, tienen salarios que superan los 90,000 euros anuales. Esto se debe a que estos puestos son considerados críticos, actuando como el nexo entre el equipo político y el personal administrativo. En el último año, el salario promedio de estos jefes de servicio alcanzó los 91,770.52 euros, sin contar con las actualizaciones salariales y otros beneficios que pueden incrementar significativamente sus ingresos.
Además, la situación se complica con la existencia de 27 puestos que, debido a su naturaleza de libre designación, permiten la llegada de funcionarios de otras administraciones, lo que podría estar contribuyendo a una cultura de clientelismo. En este contexto, es importante señalar que la mayoría de los jefes de sección, que son 80 en total, también perciben salarios cercanos a los 80,000 euros, lo que añade más presión sobre la percepción pública de la equidad en la remuneración dentro de la administración.
### La Inflación de Jefaturas y el Envejecimiento de la Plantilla
Uno de los problemas más destacados en la gestión del personal de la Diputación es la llamada «inflación de jefaturas». Según un informe de control interno de 2020, se ha observado un crecimiento del gasto en personal que supera el aumento en el número de empleados. Este fenómeno se atribuye, en parte, al envejecimiento de la plantilla y a la creación de jefaturas que no siempre están justificadas.
El Plan Estratégico de Recursos Humanos 2021-2024, elaborado en 2022, menciona que la Diputación cuenta actualmente con más de 400 jefaturas para una plantilla de aproximadamente 1,200 empleados. Esta situación ha llevado a que en algunas áreas haya más jefes que funcionarios de base, lo que plantea serias dudas sobre la eficiencia y la necesidad de tales estructuras.
El informe de 2020 también destaca que el gasto en productividad ha superado los límites establecidos por las Leyes de Presupuestos Generales del Estado. En 2019, por ejemplo, el gasto en productividad alcanzó 1.26 millones de euros, lo que indica una falta de control sobre los gastos relacionados con el personal. Además, se han identificado irregularidades en la retribución de ciertos puestos, donde se otorgan complementos sin una evaluación objetiva del desempeño.
En este contexto, es fundamental que la Diputación de Valencia revise su estructura salarial y de jefaturas para garantizar una gestión más transparente y equitativa. La percepción de que los altos salarios están reservados para un pequeño grupo de privilegiados puede erosionar la confianza pública en la administración y crear un ambiente de descontento entre los empleados.
La situación actual no solo afecta a la imagen de la Diputación, sino que también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de su modelo de gestión. Con un número creciente de jefaturas y un envejecimiento de la plantilla, es crucial que se implementen reformas que promuevan una mayor equidad y eficiencia en la administración pública.
La Diputación de Valencia se enfrenta a un momento crítico en su historia, donde la necesidad de transparencia y responsabilidad se vuelve más urgente que nunca. La gestión del personal y la estructura salarial deben ser revisadas a fondo para asegurar que se alineen con los principios de justicia y eficiencia que se esperan de una institución pública.
La situación actual es un llamado a la acción para todos los involucrados en la administración pública, desde los funcionarios hasta los responsables políticos, para que trabajen juntos en la construcción de un sistema más justo y equitativo que beneficie a todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana.