La devastadora riada del 29 de octubre en Valencia dejó una huella imborrable en la región, con un impacto significativo en la infraestructura y la vida de los ciudadanos. En un reciente encuentro en la Universitat Politècnica de València, expertos del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) presentaron un informe provisional que detalla las variaciones de los caudales durante el evento, así como el proceso de recuperación que sigue en marcha. La jornada se centró en analizar cómo la inundación, que alcanzó su punto máximo en solo cuatro horas, ha generado una serie de estudios y materiales científicos que buscan entender mejor el fenómeno y prevenir futuros desastres.
### Causas y Efectos de la Inundación
La riada se concentró en un breve lapso de tiempo, desde las cinco hasta las nueve de la noche, y en algunos puntos se registraron hasta tres metros de agua. Según el informe del Cedex, los barrancos de la Horteta y Gallego fueron los principales responsables de la primera gran inundación en la zona cero. Cada uno de estos barrancos transportó más de 1.500 m³/s de agua, superando las previsiones de los mapas de zonas inundables vigentes. Este desbordamiento comenzó a las 18:30 horas, cuando los caudales del Horteta y sus afluentes empezaron a inundar l’Horta Sud.
La magnitud de la inundación fue tal que los grandes aparcamientos subterráneos y garajes, que se convirtieron en trampas mortales para muchos vecinos que intentaron recuperar sus vehículos, acumularon un volumen de agua que podría haber llenado 1.586 piscinas olímpicas. Este dato pone en perspectiva la gravedad de la situación, ya que el agua que se acumuló en estos espacios terminó inundando edificios particulares, causando daños irreparables.
Durante la jornada, David López Gómez, ingeniero del Laboratorio de Hidráulica del Cedex, expuso que la ‘barrancada’ del Poyo alcanzó un caudal de 3.500 m³/s, con velocidades del agua que superaron los 50 km/h. Este fenómeno ha llevado a la creación de un modelo hidráulico que busca comprender el comportamiento del agua durante la inundación, incluyendo cómo se ocupan las llanuras de inundación y cómo se propagan los caudales por los cauces.
### Desafíos en la Recuperación y Prevención
Uno de los aspectos más críticos que se abordaron en la jornada fue el colapso de las estructuras durante la inundación. Cada vez que un puente o un muro de cerramiento se rompía, el agua se acumulaba, provocando una sobreelevación del nivel hasta que la presión lo derribaba. Este fenómeno se vio agravado por la obstrucción de calles con vehículos, lo que alteró el flujo del agua y contribuyó a la magnitud del desastre.
El Cedex está trabajando en un modelo que incorpora nuevas capas de información, como el volumen de agua y sedimentos que podrían quedar retenidos en sótanos y garajes. Para ello, se ha recurrido al catastro y se ha realizado un estudio de campo para identificar las 363 obras de drenaje transversal y puentes en la zona de estudio. Este enfoque integral es esencial para entender cómo se comporta el agua en situaciones de inundación y para desarrollar estrategias efectivas de prevención.
López también destacó el efecto de las infraestructuras existentes, como la V-30, que actuó como una barrera infranqueable, impidiendo que los caudales se drenaran adecuadamente hacia el cauce nuevo del Túria. Este tipo de análisis es fundamental para la planificación urbana y la gestión de riesgos, ya que permite identificar puntos críticos que podrían ser vulnerables en futuras inundaciones.
A medida que se avanza en la recuperación, es vital que las lecciones aprendidas de este evento se integren en las políticas de planificación y desarrollo urbano. La colaboración entre instituciones, expertos y la comunidad es esencial para construir un futuro más resiliente ante fenómenos climáticos extremos. La jornada sobre la recuperación tras la dana no solo sirvió para analizar el pasado, sino también para sentar las bases de un enfoque más proactivo en la gestión del agua y la infraestructura en la región de Valencia.