La reciente serie de eventos climáticos extremos y cortes de energía ha llevado a muchas comunidades a replantearse su preparación ante emergencias. En Carcaixent, un taller práctico sobre autoprotección ha reunido a cerca de 50 vecinos con el objetivo de equipar a la población con conocimientos y herramientas para enfrentar situaciones críticas. Este taller, organizado por el Ayuntamiento de Carcaixent y la empresa local Medi XXI GSA, se ha centrado en la importancia de la autoprotección y la planificación familiar en caso de emergencias.
La dana del 29 de octubre y el apagón del 28 de abril han sido recordatorios contundentes de la vulnerabilidad de la comunidad ante desastres naturales y fallos en el suministro eléctrico. Durante el taller, el ingeniero y técnico de emergencias Ferran Dalmau destacó la necesidad de estar preparados y organizados. «Después del apagón, muchas personas se acercaron preguntando cómo podían autoprotegerse y organizarse a nivel familiar», comentó Dalmau.
Uno de los puntos clave discutidos fue la creación de un punto de encuentro familiar. Este es un lugar previamente acordado donde los miembros de la familia pueden reunirse en caso de que no haya comunicación disponible. Además, se recomendó llevar un registro de los números de teléfono en una libreta, algo que puede ser vital si los dispositivos electrónicos no funcionan. La radio también fue mencionada como un elemento esencial para mantenerse informado durante una crisis.
El taller no solo se centró en la comunicación y la organización familiar, sino que también abordó la importancia de contar con un kit de supervivencia. Este kit debe incluir elementos básicos como un cargador, una radio, velas, ropa adecuada, un pequeño botiquín y productos de higiene como hidrogel. Dalmau enfatizó que tener este kit preparado puede marcar la diferencia en situaciones de emergencia, permitiendo a las personas salir rápidamente y estar mejor equipadas para enfrentar lo inesperado.
### Opciones de Autonomía Energética
Además de la preparación personal y familiar, el taller también exploró las opciones de autonomía energética, especialmente en el contexto de cortes de suministro eléctrico. Dalmau y otros expertos presentaron diversas alternativas de instalaciones fotovoltaicas que pueden garantizar un suministro energético independiente durante apagones.
Se explicó la diferencia entre sistemas de autoconsumo conectados a la red y aquellos que permiten mantener el suministro eléctrico incluso cuando la red falla. Estas últimas configuraciones son especialmente valiosas para hogares y edificios que requieren una seguridad energética elevada. Según el ingeniero ambiental Josep Nebot, las instalaciones fotovoltaicas diseñadas en Carcaixent pueden alimentar servicios esenciales como iluminación, refrigeración y dispositivos médicos durante un apagón. Esto convierte a la energía solar en una opción prioritaria para quienes buscan aumentar su resiliencia ante emergencias.
La importancia de la educación y la sensibilización en la comunidad no puede subestimarse. La participación activa de los vecinos en este tipo de talleres es un paso fundamental hacia la creación de una cultura de prevención y autoprotección. La colaboración entre el Ayuntamiento y empresas locales como Medi XXI GSA es un ejemplo de cómo las instituciones pueden trabajar juntas para fortalecer la seguridad y el bienestar de la población.
El taller de Carcaixent es un modelo que podría replicarse en otras comunidades que enfrentan riesgos similares. La preparación ante emergencias no solo implica tener un plan, sino también educar a la población sobre cómo actuar en situaciones de crisis. La información y la práctica son herramientas poderosas que pueden salvar vidas y minimizar el impacto de desastres naturales y fallos en la infraestructura.
A medida que el clima continúa cambiando y los eventos extremos se vuelven más frecuentes, es esencial que las comunidades se mantengan alerta y preparadas. La iniciativa de Carcaixent es un recordatorio de que la prevención y la educación son clave para enfrentar los desafíos del futuro. La participación activa de los ciudadanos en talleres y programas de formación es fundamental para construir un entorno más seguro y resiliente. La autoprotección no es solo una responsabilidad individual, sino un esfuerzo colectivo que puede marcar la diferencia en momentos críticos.