La reciente gestión fiscal en la Comunitat Valenciana ha suscitado un intenso debate, especialmente en el contexto de las políticas implementadas por Carlos Mazón durante su mandato. A medida que se acercan las elecciones y se evalúan las decisiones tomadas, es crucial entender cómo estas medidas han afectado la recaudación y, en última instancia, a los ciudadanos valencianos.
### Rebajas Fiscales y su Efecto en la Recaudación
Desde que Mazón asumió el cargo, se han implementado una serie de rebajas fiscales que han beneficiado principalmente a las rentas más altas. Un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha puesto de manifiesto que estas políticas han llevado a una disminución significativa en la recaudación de impuestos. En particular, se estima que en 2026 habrá una reducción de 35 millones de euros en el Impuesto sobre el Patrimonio y otros 30 millones en el impuesto sobre sucesiones y donaciones. Estas cifras reflejan un total de 65 millones de euros que se dejarán de ingresar, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en la región.
Las rebajas fiscales no se limitan a estos impuestos. En mayo, se aprobó una reducción en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, que se espera que impacte negativamente en la recaudación en 84 millones de euros solo en el próximo año. Además, la eliminación de la ecotasa relacionada con la central de Cofrentes, una medida que Mazón impulsó como un gesto hacia Iberdrola, se traducirá en una pérdida de 10 millones de euros anuales durante dos años. Estas decisiones han sido recibidas con críticas, ya que muchos argumentan que favorecen a los más adinerados a expensas de los servicios públicos.
### Proyecciones de Ingresos y el Futuro Fiscal
A pesar de las rebajas fiscales, el informe de AIReF también sugiere que los ingresos de la Comunitat Valenciana podrían aumentar un 4% en 2026, alcanzando un 15,7% del PIB. Este crecimiento se atribuye principalmente a un incremento del 9% en los recursos del sistema de financiación y un aumento del 6% en los impuestos relacionados con la vivienda, impulsado por la recuperación del mercado inmobiliario. Sin embargo, este aumento no compensa completamente las pérdidas derivadas de las rebajas fiscales.
La AIReF ha señalado que las reducciones en la recaudación, que ya se venían arrastrando desde años anteriores, se suman a las pérdidas proyectadas de 312 millones de euros en los próximos dos años debido a las políticas fiscales aprobadas en la ley de acompañamiento a los Presupuestos de 2025, respaldadas por el apoyo de Vox. Este escenario plantea un desafío significativo para la gestión fiscal de la Comunitat Valenciana, ya que la dependencia de ingresos fluctuantes puede poner en riesgo la estabilidad financiera a largo plazo.
Uno de los cambios más controvertidos ha sido el aumento del mínimo exento en el Impuesto sobre el Patrimonio, que pasó de 500.000 euros a un millón. Esta medida, acordada en el pacto con Vox, ha sido criticada por eximir a un número considerable de grandes patrimonios de pagar impuestos, lo que se traduce en una merma de 61 millones de euros anuales para las arcas autonómicas. Según la Conselleria de Hacienda, esta decisión beneficiará a 27.711 valencianos con patrimonios elevados, lo que ha generado un debate sobre la equidad de la carga fiscal en la región.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de la política fiscal en la Comunitat Valenciana. Con la dimisión de Mazón y la incertidumbre sobre su sucesor, es probable que las decisiones fiscales se conviertan en un tema central en la campaña electoral. Los partidos políticos deberán abordar cómo equilibrar la necesidad de ingresos con la presión para mantener o aumentar las rebajas fiscales, especialmente en un contexto donde la desigualdad económica sigue siendo un tema candente.
En resumen, las políticas fiscales implementadas durante el mandato de Mazón han tenido un impacto significativo en la recaudación de la Comunitat Valenciana. A medida que se acerca el cambio de liderazgo, será crucial que los nuevos responsables evalúen las consecuencias de estas decisiones y consideren un enfoque más equilibrado que garantice la sostenibilidad financiera y la equidad en la carga fiscal para todos los ciudadanos.
