El caso del asesinato de Borja Villacís ha captado la atención pública debido a su complejidad y a los oscuros antecedentes que rodean a los implicados. Este crimen, que tuvo lugar el 4 de junio de 2024, ha sido calificado por las autoridades como «resuelto» a la espera del juicio, donde tres personas se encuentran actualmente en prisión. Entre los acusados se encuentran Kevin Pastor, un ex neonazi y antiguo amigo de Villacís, y Ismail, un joven marroquí que, según la investigación, no conocía a la víctima. La madre de Kevin, María José, también fue arrestada por su papel en el crimen, ya que fue la conductora del vehículo desde el cual se perpetró el ataque.
### Antecedentes del Crimen
La investigación, conocida como Operación Pardo, ha revelado que el conflicto que llevó al asesinato de Villacís se remonta a principios de 2024. Kevin Pastor, quien había mantenido vínculos con grupos neonazis y de ultraderecha, comenzó a extorsionar a David El Búlgaro, un amigo de Villacís. Este último se negó a ayudar a Kevin con favores que consideraba ilícitos, lo que llevó a una serie de amenazas y actos de violencia por parte de Kevin. En un incidente notable, Kevin quemó el coche de David, lo que provocó una denuncia ante la Guardia Civil. Sin embargo, el seguro no creyó la versión de David, lo que resultó en su detención por estafa y denuncia falsa.
La situación se intensificó cuando David, tras una fuerte discusión con Kevin, bloqueó su número y comenzó a hablar con Borja Villacís sobre el conflicto. Villacís, quien tenía una posición más madura y conciliadora, intentó mediar entre ambos. Para ello, concertaron una reunión en Mingorrubio el 4 de junio de 2024, donde se esperaba que se resolviera el conflicto. Sin embargo, la reunión se tornó en una emboscada mortal.
### La Noche del Crimen
El día del asesinato, se formó un grupo de cuatro vehículos que se dirigía a la cita. Borja Villacís y Luis el Pecas iban en uno de los coches, mientras que David El Búlgaro cerraba la caravana. Kevin Pastor, armado y con un chaleco antibalas, se encontraba en un BMW alquilado, acompañado por Ismail, quien había sido convencido por Kevin para unirse a él en esta peligrosa misión. La policía ha documentado que Kevin realizó un ingreso de 950 euros en la cuenta de Ismail la noche anterior al crimen, lo que los investigadores consideran un pago significativo que motivó al joven a participar en el ataque.
Cuando los vehículos se encontraron, Kevin y Ismail se bajaron del coche y abrieron fuego contra Borja Villacís y Luis el Pecas. La brutalidad del ataque y la premeditación del mismo han dejado a la comunidad en estado de shock. La policía ha calificado a Ismail como un joven problemático, con antecedentes de fugas y conflictos familiares, lo que añade una capa de complejidad a su implicación en el crimen. A pesar de no conocer a Villacís, su decisión de unirse a Kevin en esta misión mortal ha sido objeto de un intenso escrutinio.
La investigación ha puesto de manifiesto no solo la violencia que rodea a los grupos neonazis y de ultraderecha, sino también la vulnerabilidad de jóvenes como Ismail, que pueden ser manipulados por individuos con intenciones criminales. La relación entre Kevin y Ismail, marcada por la influencia y el dinero, es un claro ejemplo de cómo la violencia puede escalar en un contexto de rivalidades personales y conflictos no resueltos.
El caso de Borja Villacís no solo es un recordatorio de la violencia que puede surgir de las disputas personales, sino también de la necesidad de abordar las raíces de estos conflictos. La sociedad debe reflexionar sobre cómo se pueden prevenir situaciones similares en el futuro, especialmente en un contexto donde la radicalización y la violencia parecen estar en aumento. La historia de Villacís es un trágico recordatorio de las consecuencias de la violencia y la importancia de la mediación y el diálogo en la resolución de conflictos.
