Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, ha comparecido ante la comisión del Senado para abordar las acusaciones sobre la financiación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Durante su intervención, Sánchez admitió haber cobrado dinero en efectivo, aunque insistió en que se trataba de liquidaciones de gastos legítimos y siempre respaldados por facturas. A pesar de su reconocimiento, evitó proporcionar detalles sobre la cantidad de dinero recibido o la frecuencia de estos pagos, lo que ha generado controversia y especulaciones sobre la transparencia financiera del partido.
En su defensa, Sánchez subrayó que el 75% de los ingresos del PSOE provienen de recursos públicos, mientras que el 25% restante se origina de las cuotas de afiliados. Sin embargo, su declaración no disipó las dudas sobre los pagos en efectivo, que según informes, suman casi un millón de euros entre 2017 y 2024. La falta de claridad sobre estos movimientos financieros ha llevado a cuestionamientos sobre la legalidad y la ética de las prácticas del partido, especialmente en un contexto donde la financiación política es un tema sensible en España.
