La devastadora dana que azotó València el 29 de octubre de 2024 dejó una huella imborrable en la memoria de sus habitantes. Un año después, la búsqueda de Elisabet Gil Martínez, conocida como Eli, y de Francisco Ruiz Martínez, sigue siendo un recordatorio del dolor y la angustia que vivieron muchas familias. La tragedia no solo se mide en números, sino en historias personales que reflejan la lucha por la justicia y la memoria de aquellos que perdieron la vida en esta catástrofe natural.
**La historia de Eli y su madre**
Eli, de 38 años, desapareció en Cheste, donde vivía con su madre, Elvira Martínez Alfaro, de 64 años. Ambas trabajaban como camareras en el hotel La Carreta y, a pesar de que Eli no tenía coche ni carné de conducir, su jefe decidió que debía cubrir un turno de última hora. Esta decisión, que parecía inofensiva en ese momento, resultó ser fatal. El 29 de octubre, Elvira había terminado su turno de mañana y, a pesar de que Eli no debía trabajar ese día, la urgencia de la situación llevó a que ambas se encontraran en la carretera, justo cuando la tormenta desataba su furia.
El coche de Elvira, un Ford Focus negro, quedó atrapado en la riada del barranco del Poyo. En un testimonio desgarrador, Ernesto Martínez, hermano de Elvira y tío de Eli, relata cómo el coche que iba delante de ellas logró escapar, mientras que el de su hermana fue el primero en ser arrastrado por la corriente. La angustia de esa tarde se ve reflejada en los vídeos que Eli grabó, donde se puede escuchar su voz temblorosa mientras intentaba llegar a su trabajo, una situación que se tornó en una pesadilla.
**La búsqueda y el impacto en la comunidad**
Desde el día de la tragedia, la Guardia Civil ha estado trabajando incansablemente para localizar a Eli. Los vídeos que grabó se han convertido en una herramienta crucial en la búsqueda. En uno de ellos, se observa el caos en la carretera, con coches atrapados y la creciente corriente del agua. El segundo vídeo, que muestra el coche inundado, es un testimonio escalofriante de los momentos finales de Eli y su madre. A pesar de los esfuerzos, Eli sigue desaparecida, y su familia no pierde la esperanza de encontrarla.
La comunidad ha respondido a esta tragedia con un fuerte sentido de solidaridad. Se han llevado a cabo manifestaciones y concentraciones para exigir responsabilidades a las autoridades por la gestión de la emergencia. La figura de Carlos Mazón, líder del Gobierno valenciano, ha sido objeto de críticas por la falta de acción y preparación ante la catástrofe. La lucha de la familia de Eli se ha convertido en un símbolo de la búsqueda de justicia para todas las víctimas de la dana.
A medida que se acerca el primer aniversario de la tragedia, la memoria de las 220 personas que perdieron la vida sigue viva. La historia de Eli y su madre es solo una de las muchas que se entrelazan en este relato de dolor y resiliencia. La comunidad se ha unido para recordar a los que se fueron y para exigir que se tomen medidas para evitar que algo así vuelva a suceder.
La tragedia del 29-O no solo ha dejado un impacto emocional en las familias afectadas, sino que también ha puesto de manifiesto la necesidad de una mejor gestión de emergencias en la región. Los errores cometidos durante la tormenta han sido objeto de análisis y debate, y se espera que se tomen medidas para mejorar la infraestructura y la preparación ante desastres naturales.
En este contexto, la figura de Eli se ha convertido en un símbolo de la lucha por la verdad y la justicia. Su historia, junto con la de otros desaparecidos, ha resonado en el corazón de la comunidad, que sigue buscando respuestas y justicia. La memoria de las víctimas de la dana es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de estar preparados ante la adversidad.
La búsqueda de Eli continúa, y su familia no se detendrá hasta que se encuentre su paradero. La comunidad de València se mantiene unida, recordando a aquellos que se fueron y luchando por un futuro más seguro. La historia de Eli es un testimonio de amor, pérdida y la inquebrantable esperanza de que algún día se haga justicia.
