La reciente riada en València ha dejado un rastro de incertidumbre y cuestionamientos sobre la gestión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. A medida que se desvelan nuevos detalles sobre su comportamiento durante las horas críticas del 29 de octubre, la presión sobre su administración aumenta. La situación se complica aún más con la revelación de que Mazón acompañó a la periodista Maribel Vilaplana a su vehículo justo antes de una desconexión telefónica de 37 minutos, un periodo que coincide con momentos de alta tensión en el Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi).
### La Cronología de los Eventos Críticos
El 29 de octubre, València se vio afectada por una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que provocó inundaciones severas en varios municipios. A las 18:57, Mazón realizó una llamada telefónica al secretario general del PPCV, Juanfran Pérez Llorca, justo después de haber acompañado a Vilaplana al aparcamiento Glorieta Paz. Este trayecto, que duró aproximadamente dos minutos, ha sido objeto de análisis, ya que se produce en un momento en que la situación en el Cecopi se tornaba crítica. La última llamada antes de la desconexión se realizó a las 18:57, y la siguiente no ocurrió hasta las 19:34, lo que ha suscitado preguntas sobre la disponibilidad de Mazón durante un periodo crucial.
Durante el tiempo que Mazón estuvo desconectado, se recibieron múltiples alertas sobre la situación de emergencia. A las 19:00, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, recibió una llamada de la alcaldesa de Paiporta, quien informaba sobre el desbordamiento del barranco del Poyo. Esta información fue crucial, ya que indicaba que los vecinos estaban en peligro y necesitaban asistencia inmediata. Sin embargo, Mazón no estaba en contacto con su equipo durante este tiempo crítico, lo que ha llevado a críticas sobre su gestión y su capacidad de respuesta ante emergencias.
### La Reacción de la Administración y el Impacto Político
La administración de Mazón ha defendido su actuación, afirmando que el presidente estaba «perfectamente» informado sobre la situación de la DANA durante la comida y las horas posteriores. Sin embargo, la percepción pública es diferente. La imagen de Mazón caminando tranquilamente con Vilaplana, mientras la ciudad enfrentaba una crisis, ha generado descontento y desconfianza entre los ciudadanos. La falta de comunicación durante un periodo tan crítico ha sido vista como un fallo grave en la gestión de la crisis.
La situación se complica aún más con la próxima declaración de Vilaplana como testigo en la investigación sobre la gestión de la riada. Su testimonio podría arrojar luz sobre lo que realmente sucedió después de que Mazón la acompañara al aparcamiento. La jueza que instruye el caso, Nuria Ruiz Tobarra, ha señalado que la información que Vilaplana proporcione será fundamental para entender la secuencia de eventos y la responsabilidad de Mazón en la crisis.
A medida que se acercan las elecciones, la presión sobre Mazón y su administración aumenta. La oposición ha comenzado a utilizar este incidente como un punto focal en su crítica a la gestión del gobierno. La falta de acción y la desconexión durante un momento crítico han sido utilizadas para cuestionar la capacidad de Mazón para liderar en situaciones de emergencia.
La situación en València es un recordatorio de la importancia de la comunicación y la preparación ante desastres naturales. La gestión de la crisis por parte de Mazón será objeto de análisis en los próximos meses, y su capacidad para manejar la situación podría tener un impacto significativo en su futuro político. A medida que se desvelan más detalles sobre la riada y la respuesta del gobierno, la presión sobre Mazón solo parece aumentar, lo que plantea preguntas sobre su liderazgo y su compromiso con la seguridad de los ciudadanos de València.
