En el contexto de la gestión de emergencias en la Comunitat Valenciana, la Conselleria de Emergencias ha establecido un protocolo detallado para la gestión del riesgo meteorológico. Este protocolo, que ha sido remitido al juzgado correspondiente, incluye instrucciones técnicas que obligan a realizar un seguimiento continuo de las lluvias y caudales, al menos cada dos horas. Esta medida se implementa especialmente durante episodios de fenómenos meteorológicos extraordinarios, como lluvias torrenciales, nevadas y vientos intensos.
La importancia de este protocolo radica en su capacidad para prevenir desbordamientos y otros desastres relacionados con el agua. El Centro de Coordinación de Emergencias de l’Eliana es el encargado de llevar a cabo estas instrucciones, que se ajustan a la intensidad del fenómeno meteorológico en cuestión. En caso de lluvias, el seguimiento se centra en la pluviometría y los caudales de ríos y barrancos, lo que permite una respuesta más ágil y efectiva ante situaciones de riesgo.
### Seguimiento y Monitoreo de Caudales
El protocolo establece que, en caso de alerta meteorológica, se debe realizar un seguimiento continuo de la situación. Esto incluye la consulta de diversas fuentes de información, como el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y otras plataformas que ofrecen datos meteorológicos en tiempo real. Este enfoque multidimensional permite a los responsables de emergencias tener una visión clara y actualizada de la situación, facilitando la toma de decisiones.
En particular, el SAIH juega un papel crucial al proporcionar datos sobre los niveles de caudal en los ríos y barrancos. Por ejemplo, en el caso del barranco del Poyo, se han establecido tres niveles de alerta: bajo (30 m³/s), medio (70 m³/s) y alto (150 m³/s). Durante episodios de lluvias intensas, se han registrado caudales que superan estos niveles, lo que ha llevado a la activación de alertas hidrológicas y a la implementación de medidas preventivas.
El seguimiento de los caudales se realiza a través de sensores ubicados en puntos estratégicos, como el cruce de la rambla con la A-3 en Riba-roja. Estos sensores permiten medir el caudal en tiempo real, lo que es fundamental para anticipar posibles desbordamientos. En situaciones críticas, como las que se vivieron el 29 de octubre de 2024, se recibieron alertas sobre el aumento rápido del caudal, lo que llevó a la activación de protocolos de emergencia.
### Comunicación y Coordinación entre Entidades
La coordinación entre diferentes entidades es esencial para una gestión efectiva de las emergencias. El protocolo establece que la Confederación Hidrográfica del Segura y la Confederación Hidrográfica del Júcar deben informar a través de diferentes canales sobre posibles desbordamientos. Además, se contempla la posibilidad de contactar con la Aemet para confirmar o valorar cambios en las condiciones meteorológicas.
La comunicación fluida entre las distintas entidades permite una respuesta más rápida y efectiva ante situaciones de emergencia. En el caso de las lluvias torrenciales, se han recibido múltiples avisos sobre precipitaciones significativas en áreas como Chiva y Riba-roja, lo que ha llevado a la activación de medidas preventivas y a la alerta de la población.
El 29 de octubre, por ejemplo, se registraron caudales que superaron los 1.600 m³/s en el barranco del Poyo, lo que llevó a la activación de alertas y a la implementación de medidas de evacuación en áreas de riesgo. Sin embargo, la burocracia y la falta de comunicación en algunos casos han generado críticas sobre la efectividad del sistema de alertas y la respuesta ante emergencias.
La gestión del riesgo meteorológico en la Comunitat Valenciana es un proceso complejo que requiere la colaboración de múltiples entidades y una comunicación efectiva. El protocolo establecido por la Conselleria de Emergencias es un paso importante hacia una mayor preparación y respuesta ante fenómenos meteorológicos extremos, que son cada vez más frecuentes debido al cambio climático. La implementación de estos protocolos no solo busca proteger a la población, sino también minimizar los daños materiales y garantizar una respuesta coordinada ante situaciones de crisis.