La reciente dana que afectó al sur de Alicante ha desatado un intenso debate sobre la gestión de emergencias en la Comunitat Valenciana. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha sido objeto de críticas por su actuación durante la crisis, especialmente en relación con la activación del Cecopi y la UME. En una extensa entrevista, Mazón ha defendido su postura, afirmando que nunca dio órdenes para convocar al Cecopi ni para activar la Unidad Militar de Emergencias (UME). Según él, su prioridad era la atención a la emergencia y no el relato político que se estaba construyendo en torno a los hechos.
El presidente también ha abordado la falta de información sobre el desbordamiento del barranco del Poyo, que fue crucial en la tragedia. Mazón ha señalado que la Confederación Hidrográfica del Júcar no proporcionó datos críticos que hubieran permitido una mejor respuesta ante la situación. A pesar de las críticas, insiste en que su gestión fue adecuada dadas las circunstancias, y que la coordinación con los diferentes organismos fue constante, aunque con limitaciones en la comunicación.
La situación ha generado un clima de desconfianza entre la población, que exige respuestas claras y una mejor preparación ante futuras emergencias. Las manifestaciones de las víctimas y sus familias han puesto de relieve la necesidad de una revisión exhaustiva de los protocolos de emergencia y la comunicación entre las distintas administraciones. La gestión de la crisis del 29 de octubre sigue siendo un tema candente en la política valenciana, con implicaciones que podrían afectar el futuro del gobierno de Mazón.