La tensión entre Junts per Catalunya y el PSOE ha alcanzado un nuevo nivel tras el reciente debate en el Parlament. La formación liderada por Carles Puigdemont ha advertido que su alianza con el gobierno de Pedro Sánchez podría estar llegando a su fin. Este aviso se produce dos años después del acuerdo de Bruselas, que facilitó la investidura de Sánchez a cambio de compromisos que, según Junts, no se han cumplido. Albert Batet, portavoz de Junts, ha señalado que es necesario un cambio significativo en la relación entre ambas partes, especialmente en lo que respecta a la financiación y el reconocimiento del catalán como lengua oficial de la UE.
Las exigencias de Junts son claras: un concierto económico, el reconocimiento del conflicto político en Cataluña y el avance en la amnistía de Puigdemont. Sin embargo, la falta de progreso en estos temas ha llevado a Junts a considerar otras opciones si el PSOE no responde a sus demandas. La situación se complica aún más con la presión de Esquerra Republicana, que también ha manifestado su descontento con la falta de avances en la negociación de los presupuestos. La incertidumbre sobre el futuro de la legislatura española se intensifica, y la próxima votación será crucial para determinar el rumbo de esta alianza.