La política lingüística en la Comunitat Valenciana ha cobrado un nuevo impulso con la reciente intervención del president Carlos Mazón, quien ha decidido reabrir el debate sobre el valenciano. Este tema, que ha estado en el centro de la controversia cultural en la región, se ha convertido en un punto focal en la agenda política del gobierno actual. En un contexto donde las tensiones entre diferentes visiones sobre la lengua son palpables, Mazón busca posicionar su administración en un terreno que ha sido históricamente divisivo.
El president ha convocado a dirigentes de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV), una entidad que se opone a la unidad de la lengua y que promueve normas lingüísticas alternativas a las de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Este encuentro, que se lleva a cabo en el Palau de la Generalitat, se produce en un momento crítico, justo después de que Mazón cuestionara la autoridad de la AVL en su discurso de política general. En este discurso, el president no solo abordó la situación del valenciano, sino que también intentó desviar la atención de otros problemas urgentes, como la reciente dana que ha afectado a la región.
La RACV, que no tiene autoridad normativa, ha sido vista como un aliado por algunos sectores del PP y Vox, quienes han criticado abiertamente a la AVL. Durante su tiempo en el gobierno, Vox ya había implementado el uso de un valenciano no normativo en las cuentas oficiales de las conselleries que gestionaban. Este tipo de acciones ha generado un clima de complicidad entre el PPCV y Vox, lo que ha llevado a una erosión de la autoridad de la AVL en la materia.
Mazón ha expresado su descontento con la AVL, argumentando que esta no ha defendido adecuadamente la singularidad del valenciano y ha permitido que su presencia se diluya en el contexto actual. En su discurso, el president lamentó que la institución no se haya pronunciado sobre las injerencias externas que, según él, han afectado la lengua. Este tipo de retórica no solo busca movilizar a su base, sino que también refleja un intento de reconfigurar el discurso cultural en torno al valenciano, alineándose más con las posturas de Vox.
### La Respuesta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua
La AVL ha respondido a las críticas de Mazón, calificando sus declaraciones como un «brindis al sol». La institución ha defendido su papel como la autoridad competente en la materia desde 2001, y ha subrayado que cualquier intento de cambiar su nombre o su función carece de los apoyos parlamentarios necesarios. Este enfrentamiento pone de manifiesto la polarización existente en torno a la lengua y la cultura en la Comunitat Valenciana.
La AVL ha señalado que su misión es la de promover y proteger el valenciano, y ha instado a los políticos a trabajar en conjunto para fortalecer la lengua en lugar de dividirla. Sin embargo, el discurso de Mazón parece indicar que la batalla cultural en torno al valenciano está lejos de terminar. La tensión entre las diferentes visiones sobre la lengua se ha intensificado, y el papel de la AVL se ha visto cuestionado en un contexto donde la política y la cultura se entrelazan de manera compleja.
La reunión entre Mazón y la RACV, que se lleva a cabo a puerta cerrada, ha suscitado críticas y especulaciones sobre las verdaderas intenciones del president. Algunos analistas sugieren que este encuentro es parte de una estrategia más amplia para consolidar el apoyo de sectores más radicales dentro de su base electoral, mientras que otros advierten sobre los riesgos de polarizar aún más el debate sobre la lengua.
### Implicaciones para el Futuro del Valenciano
El futuro del valenciano en la Comunitat Valenciana se encuentra en un punto crítico. La reciente intervención de Mazón y su acercamiento a la RACV podrían tener repercusiones significativas en la política lingüística de la región. A medida que el debate se intensifica, es probable que surjan nuevas tensiones entre los partidarios de una lengua unificada y aquellos que defienden una visión más fragmentada.
La situación actual también plantea preguntas sobre el papel de las instituciones culturales y lingüísticas en la defensa del valenciano. La AVL, como la autoridad normativa, se enfrenta al desafío de reafirmar su relevancia en un clima donde las posturas políticas pueden influir en la percepción y el uso de la lengua. La capacidad de la AVL para navegar este entorno político y cultural será crucial para el futuro del valenciano.
En resumen, el debate sobre el valenciano no solo es una cuestión lingüística, sino que también refleja las luchas de poder en el ámbito político y cultural de la Comunitat Valenciana. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, será fundamental observar cómo se posicionan las diferentes partes involucradas y qué impacto tendrán en la identidad lingüística de la región.