La reciente declaración de Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ante la jueza de Catarroja ha puesto de relieve las circunstancias que rodearon la gestión de la emergencia provocada por la dana en octubre de 2025. En su testimonio, Polo aseguró que fue informado de la intensa crecida en el barranco del Poyo alrededor de las 18:45 horas, pero enfatizó que no había capacidad de reacción para actuar ante la situación crítica que se estaba desarrollando.
### La falta de alertas y la respuesta institucional
Durante su comparecencia, Polo explicó que, a pesar de recibir información sobre el aumento del caudal, no se enviaron alertas a la población hasta las 20:11 horas, lo que generó preocupación sobre la eficacia de los protocolos de emergencia. Según su testimonio, la consellera de Interior en ese momento, Salomé Pradas, había solicitado su opinión sobre un mensaje de alerta, a lo que Polo respondió que no le parecía adecuado, pero que era necesario enviar algo. Este intercambio pone de manifiesto la confusión y la falta de coordinación que existía en los momentos críticos de la emergencia.
El presidente de la CHJ también mencionó que recibió una llamada del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, quien le preguntó sobre la situación. Polo respondió que no se estaban tomando decisiones adecuadas y que la capacidad de reacción era nula. Esto plantea serias interrogantes sobre la preparación y la respuesta de las autoridades ante situaciones de emergencia, especialmente en un contexto donde las condiciones climáticas eran adversas.
### Información y comunicación durante la crisis
El fiscal que llevó a cabo el interrogatorio se mostró interesado en entender por qué la CHJ no había informado sobre la evolución del caudal del barranco del Poyo entre las 16:15 y las 18:43 horas. Polo explicó que la CHJ se enfoca principalmente en los grandes ríos, ya que la información sobre los barrancos menores no se considera relevante debido a la falta de tiempo para reaccionar. Sin embargo, esta justificación ha sido cuestionada, dado que la falta de información puede haber contribuido a la magnitud de la crisis.
Además, Polo mencionó que la CHJ había emitido dos avisos a las 15:04 y 16:13 horas sobre el descenso del caudal en el barranco del Poyo, pero no se emitieron más alertas hasta que el caudal alcanzó niveles críticos. Esto ha llevado a cuestionar la eficacia de los sistemas de alerta y la responsabilidad de los organismos encargados de la gestión del agua y la seguridad pública.
La declaración de Polo ha suscitado un debate sobre la necesidad de mejorar los protocolos de comunicación y alerta en situaciones de emergencia. La falta de información oportuna puede tener consecuencias devastadoras, como se evidenció en la dana de octubre, donde muchas comunidades se vieron afectadas por inundaciones y daños significativos.
La gestión de emergencias es un tema crítico en la actualidad, especialmente en regiones propensas a fenómenos climáticos extremos. La experiencia de la dana en Catarroja subraya la importancia de contar con un sistema de alerta eficaz y una coordinación adecuada entre las diferentes entidades involucradas en la gestión de crisis. La declaración de Miguel Polo es solo un capítulo en una historia más amplia que requiere atención y acción por parte de las autoridades competentes para garantizar la seguridad de la población ante futuros eventos climáticos adversos.