El reciente conflicto entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el Gobierno central ha cobrado fuerza tras la suspensión de una etapa de la Vuelta Ciclista. Ayuso ha decidido otorgar la Medalla de Oro del Gobierno regional a la Vuelta, así como la Medalla Internacional al ciclista danés Jonas Vingegaard. Esta decisión se justifica por la forma en que se entregó el trofeo a Vingegaard, quien fue recibido en un podio improvisado tras los incidentes provocados por grupos propalestinos.
La presidenta ha criticado abiertamente al Gobierno por intentar «desguazar» la Vuelta, defendiendo la importancia del evento para la región y su papel en la integración y apertura de Madrid al mundo. Además, Ayuso ha expresado su apoyo a los policías que enfrentaron agresiones durante la final de la Vuelta, señalando la falta de apoyo político en situaciones de crisis. Este episodio no solo refleja la tensión política en torno a la Vuelta, sino que también se inscribe en un debate más amplio sobre la situación en Gaza, donde las posturas dentro del Partido Popular parecen dividirse entre los que apoyan a Israel y aquellos que abogan por una solución pacífica.