La alcaldesa de València, Mª José Catalá, ha revelado un plan de infraestructuras críticas de abastecimiento de agua que busca transformar la ciudad en un modelo de sostenibilidad y seguridad hídrica. Este proyecto, que cuenta con una inversión de 120 millones de euros, incluye 33 medidas estratégicas que se agrupan en tres ejes fundamentales: fortaleza, modernización y sostenibilidad. La presentación tuvo lugar en el Ayuntamiento de València, donde se dieron cita representantes del mundo empresarial, universidades, vecinos y colegios profesionales.
### Un plan para la resiliencia hídrica
La necesidad de un plan de infraestructuras críticas se ha hecho evidente tras las recientes emergencias climáticas, como la dana que afectó a la ciudad el 29 de octubre. La alcaldesa enfatizó que, aunque las infraestructuras hidráulicas no son visibles, es crucial trabajar para dejar un legado de una ciudad más fuerte y segura. «No se si el Gobierno está haciendo su plan de infraestructuras, pero València ya está trabajando en el suyo para adaptarnos a la realidad de las riadas y apagones», afirmó Catalá.
El plan incluye la renovación de los depósitos de agua, que actualmente solo garantizan 48 horas de abastecimiento. Con las nuevas infraestructuras, se espera que el suministro sea ilimitado. Entre las medidas más destacadas se encuentran la instalación de macrogrupos electrógenos, la perforación de cuatro pozos y la construcción de cuatro plantas potabilizadoras, que se ubicarán sobre un acuífero significativo. Esto permitirá a València ser autosuficiente en su abastecimiento de agua, independientemente de la red actual que depende del canal Júcar-Turia.
### Sostenibilidad y aprovechamiento de recursos
Uno de los objetivos clave del plan es el aprovechamiento del agua excedente de la depuradora de Pinedo y de las estaciones del metro. Actualmente, este agua limpia se vierte al mar, pero el nuevo plan propone utilizarla para regar los nuevos pulmones verdes de la ciudad, como el Parque de Desembocadura. Se estima que se podrán bombear hasta 55 hectómetros de agua que, de otro modo, se perderían, contribuyendo así a la regeneración hídrica del Jardín del Turia.
Además, se ampliará la red de baja presión en 27 kilómetros, lo que permitirá que el riego y el baldeo no utilicen agua potable. En el parque de la Devesa, se establecerá un suministro independiente para los cañones de agua, que se han utilizado en 17 ocasiones durante el verano para refrescar el bosque y reducir el riesgo de incendios.
El concejal del Ciclo del Agua, Carlos Mundina, destacó que el objetivo del plan es asegurar el suministro de agua en la ciudad y evitar situaciones de vulnerabilidad como las que se vivieron durante la dana. Javier Macián, director de Emivasa, subrayó que València es una de las pocas ciudades, junto con París, que puede contar con una segunda red de abastecimiento de agua. Esto es fundamental para garantizar el suministro en caso de emergencias, ya que la red actual solo puede asegurar el abastecimiento por 48 horas.
Los estudios realizados por la Universidad Politécnica de València han confirmado que el agua del acuífero es de alta calidad y que es viable abastecer a la ciudad con ella, siempre y cuando se amplíe la red de baja presión, que actualmente solo tiene capacidad para extraer 300 litros por segundo. La perforación de los nuevos pozos y la construcción de las plantas potabilizadoras permitirán a València contar con una red de suministro propia, distinta de la actual, que depende de fuentes externas.
### Modernización de la infraestructura existente
La renovación de las tuberías arteriales que traen agua a la ciudad es otro de los objetivos del plan. Muchas de estas tuberías han agotado su vida útil y se encuentran en condiciones comprometidas, especialmente tras las inundaciones del pasado. Mª José Magraner, jefa del servicio del Ciclo del Agua, explicó que es necesario actuar en estas infraestructuras para garantizar un suministro seguro y eficiente.
Una de las medidas destacadas en el eje de sostenibilidad es la reutilización del agua de achique, que proviene del nivel freático y del acuífero. Esta agua, que se bombea diariamente de las estaciones de metro, se utilizará para el riego de jardines, evitando así el consumo de agua potable, que es más costosa y de mayor calidad.
El coste económico de no contar con un suministro adecuado de agua podría superar el presupuesto del plan, que está cifrado en 120 millones de euros. Las 33 medidas se implementarán de manera progresiva, con el objetivo de que para 2031 estén plenamente integradas y doten a València de una red más fuerte, adaptada al entorno y respetuosa con el medio ambiente.