La apertura del curso académico en la Universidad de Alicante (UA) ha sido escenario de intensas protestas, similar a lo que ocurrió el año anterior. Este evento, que tuvo lugar en el campus de San Vicente del Raspeig, reunió a un centenar de manifestantes que expresaron su descontento principalmente hacia la gestión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en relación con la reciente dana que afectó a Valencia. Aunque Mazón no asistió al acto, su ausencia no detuvo las críticas, que se centraron en su administración y en la del conseller de Educación y Universidades, José Antonio Rovira, quien fue recibido con abucheos y pitidos al llegar al evento.
Los manifestantes, además de criticar la gestión de Mazón y Rovira, mostraron su solidaridad con el pueblo palestino, exhibiendo banderas y gritando consignas como «No son muertos, son asesinados» y «Menos corbatas y más vergüenza». La atmósfera se tornó tensa cuando sonó una alarma que recordaba la alerta emitida por la Generalitat el 29 de octubre del año pasado, un recordatorio de la tragedia que vivieron muchas comunidades durante la dana.
Rovira, al llegar al paraninfo, optó por evitar pasar directamente frente a la protesta, ingresando al edificio acompañado por la rectora Amparo Navarro. Sin embargo, otros políticos, como los alcaldes del PP de San Vicente del Raspeig y Orihuela, así como concejales de Alicante, sí se vieron obligados a cruzar frente a los manifestantes, quienes continuaron con sus gritos de protesta.
Las protestas de este año se centran en la gestión de la crisis provocada por la dana, pero el año pasado, el foco de la controversia fue la decisión del Consell de no apoyar el grado de Medicina de la UA. Este evento atrajo a numerosos representantes políticos de la izquierda, incluyendo a la ministra y secretaria general del PSPV, Diana Morant, quien se enfrentó a las críticas de Rovira durante su discurso. La presencia de Compromís también fue notable, con figuras como Joan Baldoví y Àgueda Micó en el evento.
En enero de este año, durante la toma de posesión de la rectora Navarro, la situación se volvió a caldear con la presencia de Mazón, quien fue objeto de gritos de «Mazón asesino» por parte de los manifestantes. En esa ocasión, los protestantes mostraron carteles con los nombres de los municipios afectados por la dana, recordando que mientras algunos políticos disfrutaban de una comida, la población sufría las consecuencias de la catástrofe. Rovira también enfrentó gritos pidiendo su dimisión, lo que refleja el descontento generalizado hacia la gestión del gobierno en situaciones de crisis.
La apertura del curso académico no solo es un evento significativo para la comunidad universitaria, sino que también se ha convertido en un punto de encuentro para expresar el descontento social. Las protestas en la UA son un claro ejemplo de cómo la política y la educación están interconectadas, y cómo los estudiantes y la comunidad pueden alzar su voz en momentos de crisis. La situación actual en la región, marcada por desastres naturales y decisiones políticas controvertidas, ha llevado a muchos a cuestionar la efectividad de sus líderes y la dirección en la que se encuentra la comunidad.
A medida que el curso avanza, es probable que las tensiones persistan, especialmente si no se abordan las preocupaciones planteadas por los manifestantes. La comunidad universitaria, junto con otros sectores de la sociedad, seguirá vigilante ante la gestión de las autoridades y la respuesta a las necesidades de la población afectada por la dana. Las protestas en la UA son un recordatorio de que la voz del pueblo es fundamental en la construcción de un futuro más justo y equitativo, donde la educación y la política trabajen de la mano para el bienestar de todos.