En la localidad de Alaquàs, la gestión de ayudas económicas se ha convertido en un verdadero desafío para los profesionales del sector. Raquel Mesa, quien dirige una gestoría en la zona, ha estado al frente de este esfuerzo durante más de dos décadas. Recientemente, su despacho ha estado abrumado por la demanda de apoyo a autónomos y pequeñas empresas afectadas por la dana, un fenómeno meteorológico que ha dejado a muchos en una situación crítica. La Conselleria de Innovación e Industria ha lanzado ayudas de hasta 30.000 euros para cubrir gastos esenciales, pero el proceso de solicitud ha revelado serias deficiencias en el sistema administrativo.
La noche del 15 de septiembre de 2025, Raquel y su equipo se prepararon para gestionar las solicitudes de diez clientes. Con toda la documentación lista, se apostaron frente a sus computadoras a la medianoche, momento en que se abría la convocatoria. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando el sistema colapsó, mostrando un mensaje de «Cargando datos» que se prolongó hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Esta situación no es nueva; se repite cada vez que se abren convocatorias de ayudas, lo que obliga a los gestores a estar en vela, esperando que el sistema se restablezca para poder presentar las solicitudes a tiempo.
La naturaleza competitiva de estas ayudas implica que los fondos son limitados y se otorgan por orden de llegada. Esto significa que cada minuto cuenta, y la incapacidad del sistema para manejar la carga de solicitudes en momentos críticos pone en riesgo la posibilidad de que sus clientes obtengan el apoyo que tanto necesitan. Raquel Mesa ha expresado su frustración, señalando que la administración pública no considera a los profesionales que facilitan este proceso. «Es indignante y una vergüenza», afirma, cuestionando la lógica de abrir convocatorias a horas intempestivas y sin garantizar un sistema operativo eficiente.
La situación se agrava aún más por la falta de comunicación y consideración hacia los gestores. Raquel menciona que, en la mayoría de los casos, la conselleria no tiene en cuenta el trabajo que realizan los despachos profesionales. Esto no solo afecta a los gestores, sino que también repercute en los autónomos y pequeñas empresas que dependen de estas ayudas para sobrevivir. La falta de un sistema robusto y accesible para la tramitación de ayudas es un problema que necesita atención urgente.
**La Importancia de la Eficiencia Administrativa**
La eficiencia en la administración pública es crucial, especialmente en tiempos de crisis. Las ayudas económicas son un salvavidas para muchos, y cualquier retraso o complicación en su gestión puede tener consecuencias devastadoras. En el caso de la dana, los daños materiales y económicos son significativos, y la respuesta de la administración debe ser ágil y efectiva. Sin embargo, el colapso del sistema durante la apertura de la convocatoria es un claro indicativo de que se requieren mejoras urgentes.
La gestión de ayudas no solo implica la tramitación de documentos; también requiere una comprensión profunda de las necesidades de los solicitantes y un compromiso por parte de la administración para facilitar el proceso. La falta de consideración hacia los gestores, quienes son los intermediarios entre la administración y los ciudadanos, es un obstáculo que debe ser superado. La implementación de un sistema más eficiente y accesible no solo beneficiaría a los gestores, sino que también garantizaría que las ayudas lleguen a quienes realmente las necesitan.
**Recomendaciones para Mejorar el Proceso de Solicitud**
Para evitar situaciones como la vivida por Raquel y su equipo, es fundamental que la administración pública tome medidas concretas. En primer lugar, se debe considerar la posibilidad de abrir las convocatorias en horarios más accesibles, evitando la medianoche como opción. Además, es esencial invertir en la infraestructura tecnológica que soporte un mayor volumen de solicitudes sin colapsar. Esto podría incluir la actualización de servidores y la implementación de sistemas de gestión de colas que permitan a los usuarios saber su posición en la fila de espera.
Asimismo, la creación de canales de comunicación más efectivos entre la administración y los gestores podría facilitar la resolución de problemas en tiempo real. La formación y el apoyo a los profesionales que gestionan estas ayudas también son aspectos que no deben ser pasados por alto. Al final, el objetivo debe ser garantizar que las ayudas lleguen de manera rápida y eficiente a quienes más las necesitan, sin que los gestores tengan que sacrificar su tiempo y salud en el proceso.
La situación en Alaquàs es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas localidades. La gestión de ayudas debe ser una prioridad para la administración pública, y es hora de que se tomen las medidas necesarias para mejorar un sistema que, en su estado actual, deja mucho que desear.
